Plantear con ahínco que en los procesos electorales en Colombia, a través de la historia reciente, han estado permeados por la compraventa de votos, es como decir que el agua moja. A poco más de siete meses para los comicios regionales vuelve a sonar con fuerza una palabra: zonificación. Lea: “Si Judith Pinedo no se lanza a la Alcaldía sería un craso error”: Dau
En un país con destacados índices de corrupción en todos los niveles y en la que ciertos delitos electorales se han vuelto parte del paisaje común, a muchos les han preguntado: ¿Dónde estás zonificado?
Esa pregunta muchas veces viene de parte de un político, un trabajador de su campaña o de un superior en una entidad pública a sus subalternos. En los meses venideros recobra mucha fuerza porque, en medio de los cálculos políticos y electorales, para el aspirante, interesado en comprar o gestionar votos con dinero, cargos públicos o contratos, definir el lugar de votación de su masa electoral se vuelve clave.
El próximo 29 de octubre se elegirán alcaldes, gobernadores, concejales, diputados y ediles en todas las regiones de Colombia, y ya hace semanas la Registraduría definió las fechas importantes en las cuales se podrá inscribir la cédula para participar en esos comicios locales o para cambiar de lugar de votación.
El modus operandi
A ciertas campañas, amigas de la compraventa de votos, les sirve que la población a controlar, aquellas personas que prometieron rayar la cara del político oferente, voten en un mismo lugar, donde estarán testigos y veedores para asegurar el éxito electoral en dicho punto.
Pese a que la zonificación o, más bien, cambiar el lugar de votación se hace para aquellas personas que quieran cambiar su puesto de votación por alguno más cercano a su actual lugar de residencia o de trabajo, o aquellos que hayan regresado al país y que deseen inscribir su cédula en el punto de votación que más se adapte a sus necesidades, es este mecanismo, según el economista Diógenes Rosero Durango, el espacio ideal para ofrecer la cuota inicial de la compra y venta del voto. “Más personas inscritas, mayor constreñimiento, mayores posibilidades de éxito electoral”. puntualizó.
Y aseveró: “Y es que mientras sigan existiendo periodos para la inscripción de cédulas, los políticos profesionales seguirán utilizando este instrumento como principal herramienta para el constreñimiento y segmentación de electores. La consolidación de distritos electorales le permite al político organizar, canalizar y supervisar con mayor eficiencia y eficacia a los votantes, quedando estos últimos a merced de la vigilancia y control de gamonal político, casi sin escapatoria”.
Para el economista, en Colombia se deben aplicar estrategias contra la corrupción electoral que existen en otros países. “El periodo para la inscripción de votantes debe desaparecer. En diferentes países al cambiar de residencia se debe reportar a las autoridades respectivas el cambio de vivienda con toda la documentación del caso, no existe un periodo especial para efectuar ese reporte. En Colombia debería operar igual”.
De acuerdo con lo establecido en la Ley Estatutaria 1475 de 2011, un año antes de la fecha fijada para una jornada electoral como la que se vivirá el 29 de octubre 2023, se debe abrir el proceso para la inscripción de las cédulas de los votantes. Esto sucedió el pasado 31 de octubre, en atención presencial de lunes a viernes.
La zonificación debe cerrar dos meses antes de la respectiva jornada electoral, por lo cual la fecha límite para adelantar este procedimiento será el 29 de agosto de 2023.
Este proceso se podrá realizar en cualquier sede de la Registraduría en el país y en los puestos de inscripción autorizados, de lunes a viernes, en el horario de 8:00 a. m. a 4:00 p. m..
