¿Qué consecuencias traerá la moción de censura que aprobó el Concejo contra el secretario de Participación del Distrito, Armando Córdoba, en la relación entre los miembros de la corporación y el alcalde William Dau? ¿Podría esto causar nuevas confrontaciones?
Esas son algunas de las preguntas que se hacen muchos ante la decisión del cabildo distrital, que ayer aprobó la moción contra Córdoba con el voto de quince concejales.
El afectado con esta decisión asegura que se trata de una persecución política en su contra y publicó el siguiente mensaje en sus redes: “La alianza macabra y racista que creímos derrotar en las urnas, se mantiene intacta y ha decidido sacarnos. Nuestra lucha sigue, ustedes tienen sus días contados en el poder y será el pueblo cartagenero quien los censure”.
Sin embargo, los concejales rechazaron sus declaraciones y señalaron que la censura obedeció a la falta de ejecución y de sus funciones.
“Rechazo cualquier señalamiento relacionado con persecuciones políticas o relacionadas con su etnia. Los fundamentos son el bajo o nulo cumplimiento de metas del Plan de Desarrollo, hecho que se ha dejado demostrado, así como la poca inversión de recursos y algunas inconsistencias en contratación de OPS, donde no solo se encontró recorte del número de contratistas con honorarios muy por encima de los históricos, sino que se encontraron algunos contratos con presuntas inhabilidades que fueron probadas y no fueron desvirtuadas por el secretario, ademas de la contratación de un matemático que nunca se pudo justificar”, dijo la concejala Carolina Lozano, del partido ASI.
Por su parte, el presidente del Concejo, el cabildante Wilson Toncel, indicó que al secretario de Participación se le dieron todas las garantías en el proceso de moción de censura.
“Ayer -martes- quedé desanimado. Esperaba que el secretario mostrara la ejecución presupuestal, el porcentaje de avance de proyectos, pero nos encontramos con un relicario de llanto, donde por una parte echaba la culpa al Concejo de no aprobar unas vigencias futuras, que no era viable, y a la administración. Le echaba la culpa a sus raíces por ser negro y ser pobre, pero está equivocado, no es un debate contra Armando, sino contra quien representa a la Secretaría de Participación. No dio la talla para ejecutar esos recursos. Si no ponen a una persona que conozca lo público, el año que viene estaremos en la misma situación”, dijo Toncel, de la bancada de Cambio Radical.
Óscar Marín, del Partido Conservador, también intervino. “Antes de decir que es una vulgar persecución política en su contra, tiene que hacer una autoevaluación retrospectiva, porque aquí se le brindaron todas las garantías, debía hacer una defensa técnica. Demostrar las preguntas de la proposición y decir qué es cierto, qué se hizo y qué no se hizo. Pero más que preguntas técnicas se fue a un discurso donde pretendía victimizarse y que las personas sintieran compasión de él como persona, quizás por su condición. Pero es que aquí no juzgamos a una persona, nuestro control es en razón al ejercicio de sus funciones constitucionales a las que el señor estaba obligado a cumplir (...) Aquí se le demostró con evidencia tangible de respuestas enviadas por él que no fue cuidadoso, que no fue ese funcionario con las competencias para ejercer ese cargo tan digno. Estos cargos como el de secretario de Participación son una ventana para mostrarse y evidenciar ese amor por Cartagena, porque son netamente sociales los programas y proyectos de esta secretaria y qué bueno que pudiera hacer esto proyectos, pero se dedicó a hacer otras actividades diferentes a lo misional y de proyectar la visión de secretaría, lo que hoy trajo como consecuencia que quince concejales votaran la moción. Esto no es revancha política ni un acto vulgar, es un acto coherente con la ciudadanía”, argumentó Marín.
Por su parte, el concejal César Pion, de la bancada de La U, indicó que había que trabajar de forma armoniosa por el bien y el progreso de la ciudad.
“Las mociones -señaló-- no pueden ser productos de enfrentamientos de los sectores. Cartagena tiene que deponer cualquier análisis que conlleve a los odios sociales y poder en unidad proponer alternativas para el desarrollo”.
La historia de William Dau con Armando Córdoba viene de las elecciones regionales del 2019.
Faltando solo unas dos semanas para las elecciones, que se hicieron el 27 de octubre de ese año, Córdoba declinó sus aspiraciones a la Alcaldía y decidió aceptar la propuesta de Dau de apoyarlo. Córdoba explicó que apoyaba esa lucha frontal contra la corrupción que el hoy mandatario proponía.
Tras llegar al Palacio de La Aduana, William Dau nombró a Armando como secretario de Participación en enero del 2020, cargo que ha ocupado desde entonces.
Hasta ahora no se han conocido diferencias entre el alcalde y su funcionario, y desde varios sectores, incluso algunos seguidores del mismo Dau, han criticado que el mandatario no haya salido en defensa de Córdoba, como sí lo hizo a finales del año pasado con Guillermo Ávila, cuando el Concejo impulsó y aprobó una moción de censura contra este, que luego fue revocada por un juez.
Algunos especulan que el alcalde podría no estar a gusto con el trabajo de Córdoba, pero hasta ahora Dau ha mantenido absoluto silencio. A ese silencio del alcalde se refirió el concejal Javier Julio, quien ha mantenido áridas diferencias con Dau.
Javier Julio publicó el siguiente mensaje en sus redes: “Los silencios a veces hacen más ruido que las mismas palabras. En abril del 2020, Dau le quitó las facultades para contratar a Armando Córdoba, lo que desembocó en el no cumplimiento de sus funciones en el programa de Adulto Mayor de la Secretaría de Participación y su salida hoy por moción de censura. Durante todo el proceso de la moción, el alcalde nunca lo defendió con vehemencia como lo hizo en el pasado con otros secretarios. Hoy -ayer- en la audiencia de votación de la censura, Córdoba estuvo prácticamente solo. El gabinete de Dau lo abandonó. Reitero, los silencios y las ausencias dicen mucho. ¿Será que ni el mismo William Dau quería más a Córdoba en su gabinete?”.
Algunos opinan que ese silencio de Dau frente al caso de Córdoba podría derivar en el rechazo contra el alcalde por parte de los seguidores de Armando Córdoba, que lo apoyaron en su carrera por el Palacio de La Aduana.
William Dau estaba ayer en Bogotá en un congreso de Anato y hasta ahora no se sabe a quién elegirá como reemplazo de Armando Córdoba en la Secretaría de Participación. Habrá que esperar a ver qué impacto tiene la moción que aprobó el Concejo contra Córdoba y si este tomará alguna medida legal para contrarrestar la decisión, pues hay que recordar que por medio de una tutela Guillermo Ávila logró que un juez ordenara su reintegro al Distrito luego que el Concejo le aplicara una moción de censura.