En 1781, en el municipio santandereano de El Socorro se dio el primer levantamiento popular contra la Corona española. La rebelión campesina se conoce como “La revolución de Los Comuneros” y se inició como respuesta a los altos impuestos del gobierno colonial, cuando Manuela Beltrán rompió el edicto de los impuestos con cólera.
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El homenaje iba en la línea pionera en participación ciudadana que tuvo la ciudad, pues siendo alcalde de Cartagena, Manuel Domingo Rojas Salgado, se firmó el acuerdo que creó las comunas y corregimientos en Cartagena, una vanguardia en materia de acción comunal.
Esta labor a través de los años ha recaído en las Juntas de Acción Comunal (JAC), dirigentes cívicos, gestores culturales y artistas; y, en algunos casos, en ediles.
“En una sociedad donde hay mucha indiferencia es necesario destacar el trabajo que realizan estas personas al servicio de la comunidad. Es un trabajo que hay que reconocer y aplaudir. Gracias a su inagotable trabajo se han gestionado diferentes obras para los barrios de la ciudad”, expuso Bernardo Romero Parra, dirigente cívico.
Romero explicó: “Cartagena es un baluarte de la acción comunal que permitió el fortalecimiento de diferentes procesos sociales que se han dado a partir de la elección popular de alcaldes. Conmemorar a los comuneros enseña a las nuevas generaciones de cómo se debe ejercer un verdadero y efectivo liderazgo para el bienestar de sus comunidades”.
Según Romero Parra, Cartagena fue la primera ciudad del país donde se eligieron las Juntas Administradoras Locales (JAL), en 1987. Desde esa fecha ha surgido un movimiento social por la recuperación de la dignidad de las comunidades más pobres de la ciudad. Sin embargo, el proceso vino desde antes.
“Años antes, auténticos dirigentes cívicos se dedicaron a la tarea de exigir a las autoridades competentes, con respecto a la Ley 11 de 1986, la apertura de los espacios a una verdadera democracia participativa en las instancias donde se toman las decisiones. Hubo toda clase de obstáculos, pero avanzamos bastante. Infortunadamente, los que ostentan el poder han impedido que se cristalicen las reivindicaciones del pueblo. Y lo que es más lamentable, la mayoría de los ediles que nos sucedieron han permitido que el proceso retroceda, por no comprender que se necesita unificar criterios, la aplicación del principio de prevalencia del interés común frente al interés particular y político”, dijo.
Los comuneros, en su día, instan al gobierno local y nacional que garantice la solución de problemáticas en las comunidades, escritas en el papel en diferentes planes de desarrollo.
“Hoy requerimos la participación real y efectiva en la toma de decisiones que afectan a los barrios; dignificar el Fondo de Desarrollo Local que organiza y da valor a la contratación con las Juntas de Acción Comunal, quienes tendrían mayor autonomía y descentralización administrativa y fiscal de las alcaldías locales en proyectos de impacto comunal. Además, la cualificación de la dirigencia cívica, siempre dispuesta a liderar procesos en contra de la corrupción, el desempleo, la pobreza, la inseguridad y la desigualdad”, expresó Benjamín Maza Buelvas, líder comunal.
Por su parte, Bernardo Romero estableció: “En este aniversario se debe destacar a todos aquellos que por altruismo han luchado por mejorar las condiciones de vida de sus vecinos, con mucho sacrificio y valor moral. Son líderes que gestionan ante el Estado el mejoramiento de la calidad de vida de sus sectores, contribuyendo así al desarrollo integral de nuestra ciudad”.
Un grupo de asesores y miembros de las JAC preparan un paquete de propuestas que compartirán con el presidente electo, Gustavo Petro, que fortalecerán la participación ciudadana y el desarrollo local que hoy se conmemora, como por ejemplo: “Que los que aspiren a ser ediles de las localidades no necesiten el aval de un partido político, sino de organizaciones cívicas, y así, despolitizar los procesos”, explicó Romero Parra.
