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“El hambre es un tema humano que escapa de lo político”: Roy Barreras

El presidente del Senado estuvo en Cartagena y habló con El Universal sobre el horizonte que los colombianos pueden esperar en estos cuatro años venideros.

“Está más preparado que un kumis”. Esa es una frase popular para describir a todo aquel que tiene muchos estudios o grados en su haber. El actual presidente del Senado puede suscribirse bajo esa definición. Roy Barreras (Cali, 1963) es médico, escritor, antropólogo médico y hasta chamán. “Yo soy chamán. Duré años en el Putumayo tomando yagecito”, así le contó a La Silla Vacía.

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En su faceta de político lleva más de 15 años saltando istmos como un gigante. Ha trasegado por el galanismo, el vargasllerismo, el uribismo, el santismo y ahora es uno de los líderes del petrismo. “Como en más de una ocasión ha demostrado que para muchos de sus fines justifica cualquier medio, sus críticos, que no son pocos, lo han señalado de traidor, veleta y lagarto”, escribió Laura Ardila, periodista de La Silla Vacía.

A la pregunta: “¿Se considera un camaleón?, hecha por El Heraldo, Barreras respondió: “La gente puede cambiar de partido, pero no de ideas”. El “seguidor de la paz y la gobernabilidad, más que de los políticos”, como se describe, estuvo en Cartagena para asistir al Congreso Empresarial Colombiano (CEC) de la Andi y habló con El Universal sobre el horizonte político.

“El hambre es un tema humano que escapa de lo político”: Roy Barreras

Roy Barreras, presidente del Senado.

Más que para los colombianos, ¿qué pueden esperar los detractores de su persona y del presidente Gustavo Petro?

Detractores cada vez son menos. Pero contradictores o simpatizantes deben esperar lo mismo: garantías institucionales para todos los colombianos que quieren un cambio real.

Uno de los momentos más emotivos de la posesión presidencial de Gustavo Petro fue cuando le delegó el honor a María José Pizarro de ponerle la banda tricolor al mandatario. ¿Por qué lo hizo?

Decidí unos días antes hacer un homenaje a la historia, al eje popular que por fin llegaba al poder luego que muchos de sus líderes y candidatos de izquierda hoy están enterrados al ser asesinados. María José Pizarro encarna esa gesta, esa evolución y ese logro político, al ser la hija de Carlos Pizarro, víctima de uno de los magnicidios que truncó el ejercicio democrático del progresismo colombiano. Fue un homenaje a la historia y a la izquierda.

¿En qué consistirá este nuevo gobierno de izquierda progresista que anunció en esa ceremonia?. Muchos se preguntan sobre eso de Potencia Mundial de la Vida.

Dije el 7 de agosto que el progresismo actual no es otra cosa que el liberalismo del siglo XIX, una fuerza política que defendió a los artesanos, a los obreros y que liberó a los esclavos. Una fuerza que fue truncada muchas veces a través de la historia. Ahora el gobierno de Gustavo Petro viene con las improntas de la paz y la equidad social.

Luego de establecerse el cambio de mentalidad política, es ineludible seguir dándole la espalda al hecho de que Colombia es una potencia mundial de producción alimentaria y de agua. Tenemos dos mares, somos el pulmón del mundo con la Amazonía, ya somos una potencia mundial de la vida y la biodiversidad; sin embargo, no se ha aprovechado ese potencial.

Por ende, produciremos alimentos para los colombianos y para el mundo, mientras se hace una transición hacia energías limpias. El mundo desarrollado y contaminador debe pagar lo justo por el aire, por la descarbonización y por el alimento que podemos proveerle.

El alcalde de Cartagena, William Dau, expresó que la más importante petición que le hace al poder ejecutivo y al legislativo es un macroprograma contra el hambre, y que desea que la ciudad sea epicentro de ese proceso. ¿Esta es una de sus prioridades?

Sin duda alguna. Los colombianos saben que están pagando los alimentos más caros de la historia, por cuenta de tres cosas, a saber: la guerra de Ucrania que encareció los fertilizantes; la incapacidad de producir alimentos propios lo que provoca una dependencia a los productos importados, con precios elevados por el aumento de la divisa; y, especialmente, las 30 millones de hectáreas de tierra fértil que no es productiva. Lo que queremos no es un tema solo de garantizar soberanía alimentaria sino de dignificar al campesino.

La Ley contra el hambre es urgente pues hay 7 millones de colombianos que solo comen una vez al día. Uno de los componentes de la reforma tributaria es asegurar platos de comida caliente en la mesa de todos los habitantes. Eso es un tema humano que escapa lo político.

¿Cuáles serán las principales reformas con las que proyectan ese cambio que tanto repitieron en campaña? ¿Por qué serán importantes, especialmente la tributaria, agraria y política?

Todos los colombianos saben que la maldición, la enfermedad endémica más grande que tenemos es el narcotráfico. Es un virus que coexiste con la corrupción. En un país donde el imperio de la droga destruyó la cultura de la vida y le puso precio corrupto a todo, la política también se deterioró.

La reforma política busca quitar el control mafioso a las instituciones con el combate a la financiación mafiosa. Esta reforma es fundamental para limpiar la democracia y arrancar de raíz el sistema clientelista, donde el comprador de votos en listas abiertas es el director.

Muchos se preguntan si habrá altos costos políticos o mermelada para que estas reformas lleguen a buen puerto...

Hemos dicho a los colombianos que todos estos procesos serán transparentes. A los partidos políticos que acompañan la agenda de Gobierno les mostramos la conveniencia de estas reformas, especialmente la tributaria, para cerrar la brecha social.

Es un consenso necesario para bajar los precios de los alimentos a los colombianos y aliviar la pobreza absoluta y la miseria que tanto debe avergonzar a quienes son elegidos como representantes del pueblo, y que también atrasan a la economía.

Para alcanzar una paz estable y duradera, usando un vocabulario santista que a usted le da orgullo, ¿cómo proyecta los acercamientos para negociar con el ELN y el acogimiento judicial de las bandas criminales?

Son dos elementos completamente distintos. Los diálogos con el ELN deben retomarse con el cese bilateral que se pactó hace cinco años, y deben tener como propósito inicial la dejación de las armas. El triunfo de Gustavo Petro demostró que la guerra de 60 años fue inútil, y solo dejó viudas, huérfanos, muerte y dolor. Por lo tanto, es a través de la democracia que se puede llegar al cambio y a la paz.

Por el contrario, el asunto con las organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico es que para ellas no habrá justicia transicional, sino penal y ordinaria. Aunque puedan obtener beneficios para retomar sus vidas y proteger a sus familias, sabiendo que los narcos terminan muertos, presos o extraditados, deben dejar de matar, inmediatamente, a líderes sociales, gestores ambientales y policías. Deben garantizar el desmantelamiento de sus organizaciones criminales y no se reciclen sus capos, como ha venido ocurriendo.

¿Iván Duque o ustedes? ¿Quién aumentó el salario de los congresistas? Ya hay mucho claridad sobre el tema, pero habrá muchos que aún los señalan y sería bueno que lo leyeran directamente de usted.

Ni Duque ni el Pacto Histórico. Fue la Constitución y la Ley, pues son las que determinan el aumento salarial de los congresistas con base a normas que vamos a cambiar.

Hablando del Congreso, ¿por qué está molesto con Roy Hernández y su paso potencialmente fugaz por el Senado?

No estoy molesto con Rodolfo Hernández. Eso es falso. Yo mismo soy el autor del Estatuto de la Oposición con el que él obtiene su curul, dándole valor a esos diez millones de colombianos que votaron por él. Sería deseable que se quede como representante de esa Colombia y que se garantice el equilibrio, en lugar de renunciar a esa responsabilidad. Pero es su decisión y es libre de hacerlo.

¿Qué siente con el posible restablecimiento de relaciones diplomáticas con Venezuela?

Es indispensable restablecer las relaciones con un país hermano con el que compartimos la frontera más amplia. No hacerlo sería abandonar a la comunidad y dejándola a la merced del control criminal de esos territorios. No hacerlo es aportar a la quiebra económica de los departamentos fronterizos. Son bastante visibles las consecuencias perversas que provocó la pésima gestión de Iván Duque al cerrar las fronteras.

Y hablando de integración nacional, ¿puede precisar esa propuesta de una moneda común en Latinoamérica?

Es una propuesta que hice cuando hace días una colombiana fue designada como presidenta del Parlamento Andino. Europa logró un parlamento único con efectos vinculantes que propició una comunidad con una moneda común que ha hecho más potente su proyecto continental, pese a las diferencias culturales, lingüísticas, ideológicas y políticas que provocaron guerras en el pasado.

América tiene una historia común y ojalá sea capaz de construir, no solo una moneda común, sino un destino común en donde se reivindique la región.

Por último, ¿qué puede esperar los ciudadanos, gremios, empresarios y todo tipo de personas en Cartagena y Bolívar de usted?

Yo creo que los colombianos más que esperar deben exigir que el Congreso, quien lo preside y de todas las instituciones que haya garantías para todos. Propiciar esa tranquilidad para el ciudadano es mi deber.

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