A finales de octubre, tras 16 meses en su cargo como director de la Escuela de Gobierno y Liderazgo (EGL), Fidel García Misas renunció por medio de una carta al alcalde de Cartagena, William Dau. En la misiva develaba que su salida se debía a su “anhelo de asumir nuevos retos personales y profesionales”. (Lea: Hay dinero, pero no hacen obras: piden alcalde al que le duela la Localidad 3)
Un mes después, esos deseos pasan de lo gaseoso a lo sólido, pues García Misas oficializó su aspiración a la Alcaldía de Cartagena en las elecciones regionales de 2023. En los últimos días ha recorrido la ciudad dándose a conocer en la política tradicional contemporánea, pues lleva más de 25 años alternando su trabajo social y de cooperación internacional como funcionario o como asesor en fundaciones privadas y nunca ha sido candidato a un cargo de elección popular.
No obstante, Fidel García expuso que: “En mis 50 años, he dedicado 30 a mi carrera profesional cuando empecé como periodista aquí en El Universal y siempre le he agradecido a Dios por esa oportunidad. Quienes me conocen saben que soy alguien que toma decisiones propias y de la mano de Dios y de mi familia. A mí lo que me rige es el interés general. Fui yo el que tomó la decisión de decirle al alcalde que me dejara en libertad para poner al servicio de Cartagena mi experiencia”.
Y añadió: “Obvio que ningún aspirante va a rechazar que lo apoye no un gobierno sino la gente que votó por él. Inconformes e indignados con la clase política que jugaba con el erario. Por eso invito a todos los sectores alternativos e independientes a que me acompañen. A los empresarios que quieran seguir aprovechando las ventajas competitivas y comparativas de la ciudad. Y a todos aquellos que conocen de mi trabajo por el desarrollo local en programas de formación ciudadana y de descentralización local”.
Para Fidel García Misas hay que seguir en la senda de la continuidad gubernamental. “Un mensaje claro que mandan ciudades vecinas como Barranquilla y Santa Marta es que llevan periodos de continuidad en sus alcaldías con varias orillas ideológicas. No podemos permitir volver a la inestabilidad política que teníamos. Fue una vergüenza nacional tener 11 alcaldes en diez años. Por eso quiero seguir el legado de la transparencia como condición del servicio público y eso solo lo puede hacer alguien que no tenga que estar defendiendo su pasado”.
Y resaltó: “Mis energías van a estar concentradas en hacer equipo con todos los sectores de la ciudad y en hacer sinergia con el Gobierno nacional en pro de Cartagena”.
Gobierno nacional, Gustavo Petro, más de uno indica que le interesa ser una de las barajas del Pacto Histórico en la ciudad...
Claro que postularé mi nombre en la consulta o en la estrategia que ellos definan para escoger las candidaturas. A mí me interesa acercarme a los sectores independientes y progresistas de la ciudad, y que sea Cartagena la que elija la mejor alternativa. Lo que sí tengo claro es que no me amarraré a maquinarias electorales de algún partido u organización, mi proyecto es la ciudad, una Cartagena progresista.
¿A qué o quiénes se refieren como “política tradicional”?
Yo no estoy para juzgar a nadie, pero la ciudad los conoce. A muchos los conozco, respeto sus vidas, respeto a sus familias. En la vida uno a veces se equivoca, no somos perfectos. Yo también he cometido errores en la vida. Lo que sí debe leer la clase política de la ciudad es lo que pasó a nivel local y a nivel nacional. Yo le he dicho a muchos de esos dirigentes políticos tradicionales: ¿Por qué no se hacen la pregunta correcta? ¿Por qué Cartagena eligió a un veedor? Gran parte del éxito de lo disruptivo proviene de lo que dejó de hacer o mal hizo la politiquería.
La gente está cansada porque la política tradicional no ha resuelto sus expectativas y necesidades básicas insatisfechas. Por eso ahora buscan una nueva forma de gestionar lo público y es ahí donde queremos ser una buena opción.
¿Y esa opción qué banderas tiene?
Quiero unir a Cartagena bajo la independencia política. Unir a los sectores bajo propósitos comunes y bajo la confianza que algunos denominan capital social. Una ciudad no puede prosperar sin confianza. Debemos seguir el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) en caso se apruebe en la actual administración o será nuestra primera prioridad apenas nos posesionemos, pues hay muchos rezagos en urbanismo que inciden en caos vial y otros problemas.
Muchas veces la inversión pública se ve frenada por eso. Hay barrios que no están legalizados. Pero para llevar a cabo esto y no se quede en el papel se necesita liderazgo y evitar volver a los tiempos del desorden administrativo. Una ciudad que ha crecido sin un orden establecido merece que nos concentremos en llenar esos vacíos de infraestructura básica urbana como parques, andenes, calles y casas dignas. Iluminación, que es algo que ya se avanza. En simultáneo, garantizar regulaciones adecuadas para el espacio público para que no vuelva a pasar lo de Aquarela o la desorganización urbanística en el sur de la ciudad o en Torices.
¿Y en materia de desarrollo económico?
Yo creo que la actual administración le va a dejar un instrumento vital a la ciudad que es el Catastro Multipropósito, pues nos dejará un orden establecido de los ingresos y recaudos. Eso lo necesitamos, debido a que hoy no es suficiente con lo que se recauda para atender las necesidades sociales de una ciudad y sus más de 15 corregimientos y también es una muestra de confianza institucional para fomentar sinergia con la Nación.
Trabajar de la mano del Gobierno nacional ayudará a un mejor manejo de las islas, la revitalización del patrimonio cultural en Cartagena o en la protección costera necesaria para afrontar el cambio climático. Son muchos los proyectos estratégicos que tenemos que plasmar en una agenda común con los parlamentarios de la región y con el sector privado.
¿Qué puede esperar el sector privado de su proyecto?
Yo soy de los que pienso que el sector privado ha hecho una tarea importante para Cartagena. Gracias a su crecimiento económico se han podido solucionar gran parte de los problemas sociales que se han tenido. Ninguna ciudad se desarrolla con un solo sector, por lo que los gobiernos tienen que catalizar los esfuerzos de todos los sectores y traerlos a una mesa de interés común, y así propiciar que la inversión pueda percibirse en todos los rincones de Cartagena.
¿No teme heredar las críticas que hoy le hacen a Dau?
Cuando uno va a reparar la capa asfáltica no puede echarle la capa nueva encima. Lo que se hace es demoler la capa existente, ¿verdad? Eso pasaba en Cartagena donde se perdían los recursos y había desgobierno. William Dau recibió a un enfermo en estado hemorrágico y le colocó las primera suturas, pero el enfermo sigue internado. Ahora hay que sacarlo a observación y luego darle de alta cuando esté sano.
Dau dejó una buena base, una buena siembra, no siendo un político sino un activista anticorrupción, quien nos enseñó que se puede elegir diferente y ese aprendizaje es muy importante para nuestra democracia.
Obviamente todos los gobiernos tienen logros y tienen desaciertos, pero tenemos que avanzar y corregir lo faltante con un gobierno ciudadano. Haciendo uso de las Alcaldías locales, las mesas de trabajo, los Consejos Comuneros de Gobierno, los Consejos de Política Social, los Consejos de Planeación Local. Tenemos que activar esas instituciones de concertación y de trabajo conjunto. Yo las conozco, pues he ayudado a crearlas.
Pero todo es posible con un servicio público transparente y conectado con las necesidades de la gente. Todo posible si el Distrito está saneado, como está haciendo el alcalde Dau, para las próximas administraciones. Estamos en una etapa de siembra, por eso quizás no se ven todas las los frutos todavía, pero la cosecha tiene un tiempo y en su tiempo la ciudad va a haber todos esos proyectos florecer.
