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Prudencia en la marcha

“No sobra recomendar la mayor agudeza para que los convocantes denuncien y rechacen toda acción dirigida a causar daño a la salud de las personas (...)”.

El Comité Nacional de Paro convocó para hoy, 20 de julio, fecha en la que celebramos el Día de la Independencia, una gran movilización pacífica en todo el país.

Se espera también que el Comité radique ante el Congreso de la República diez proyectos de ley que recogen algunas de las reclamaciones del ‘Pliego de Peticiones de Emergencias’ que en su momento presentaron al Gobierno.

El anuncio del Comité se da en momentos en que se conocen revelaciones sobre la presunta infiltración de peligrosos grupos en las marchas que se celebraron durante abril y mayo en buena parte del país, y las protestas que aún se mantienen, singularmente en Bogotá y Cali.

En efecto, así como durante las protestas de mayo lo mencionó el fiscal General, después el ministro de Defensa, ahora, conforme con revelaciones publicadas en la revista Semana, el nivel de infiltración supuestamente sería más delicado de lo que se apreció en su momento, cuando algunas marchas a nivel nacional concluían con actos vandálicos o en extremo violentos contra infraestructura pública y privada, lo cual malogró el espíritu, motivaciones y legitimidad de las protestas que se citaban con ímpetus pacíficos.

La principal inquietud se centra en la denominada “primera línea” que, aun cuando se ha promocionado como un grupo espontáneo de jóvenes inconformes que encabezan las manifestaciones, ahora presuntamente podría tratarse de una organización con rasgos criminales, que estaría empleando “métodos y técnicas de combate y de afectación sistemática a la fuerza pública y la infraestructura”.

El asunto reviste justificada preocupación en vista que, según lo expuesto por el Ministerio de Defensa, para hoy habría planes violentos por intermedio de grupos que presuntamente integran la “primera línea”.

En Cartagena esos temores son menores. Está por fuera de toda duda que acá no parecieran concurrir ni las pruebas ni las motivaciones para colegir que hay penetración de esas bandas en las marchas locales.

Por el contrario, los hechos demuestran que, por regla general, las marchas en la ciudad y en la región han sido pacíficas, y que pocos incidentes violentos se vivieron durante abril y mayo, salvo los bloqueos con los que en la última etapa de las protestas se organizaron en el sector industrial y otras zonas.

Si en Cartagena, tal como lo ha afirmado el presidente de la CUT Bolívar, Gil Falcón Prasca, la marcha será masiva y pacífica, con la participación de las centrales obreras, estudiantes, jóvenes y organizaciones sociales, no sobra recomendar la mayor agudeza para que los convocantes denuncien y rechacen toda acción dirigida a causar daño a la salud de las personas o a bienes públicos o privados, pues la ciudad ha demostrado que puede sustraerse de esas conductas, que no hacen sino dañar la estimación de la protesta como derecho principalísimo en una nación democrática.

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