El pasado jueves celebramos el foro ‘La mirada del Caribe hacia una Colombia potencia mundial de la vida’, en el que dialogamos con representantes del Gobierno nacional, académicos y empresarios sobre los retos que tienen el presidente Petro y su gabinete para este cuatrienio y, singularmente, para aprovechar e incentivar el desarrollo y la productividad en la Costa Caribe.
Del foro podemos extraer las principales conclusiones, que compartimos con nuestros lectores en las siguientes líneas.
Hay que prestar mucha atención al Plan Nacional de Desarrollo, que contendrá las bases de lo que serán los programas con los que el Gobierno se propone transformar el país en la manera como lo entiende, lo que implica una mirada distinta de la que ha imperado por decenios. Dicho Plan deberá estar listo el 7 de febrero de 2023, fecha en la que se presentaría al Congreso de la República para su discusión y aprobación.
Prometen los funcionarios del Gobierno en restablecer la confianza entre la ciudadanía y el Estado para avanzar en el desarrollo del país, lo que implicará profundizar los diálogos entre los sectores público, privado, comunitario y político, restaurando la igualdad, es decir, la mirada entre iguales, sin predominios.
En cuanto a lo económico, habrá un énfasis en el desarrollo sostenible a partir del avivamiento de la economía popular, buscando que haya una mayor interrelación con los sectores productivos formales, para lo cual se promoverán esquemas asociativos.
Por lo tanto, puede esperarse un apoyo a programas y recursos para artesanos, guías turísticos independientes, juventudes que desarrollan emprendimientos populares, gestores patrimoniales, mototrabajadores, entre otros, en procura de que no solo perciban ingresos estables (un salario decente o una renta básica); también para que las figuras protectoras del derecho laboral lleguen por fin a esos sectores para que sean incluidos en el Sistema de Seguridad Social, en ambientes libres de violencia, discriminación o xenofobia.
Se espera entonces que se potencien los programas económicos que animen los aparatos productivos formales e informales que puedan cubrir la demanda local de bienes y servicios, así como el fomento estatal de aquellos sectores que se especialicen en exportaciones con valor agregado nacional.
Tranquilizó la reiteración del mensaje en que la transición energética es prioritaria, pero considerando que los hidrocarburos jugarán un papel destacado en la financiación de los proyectos de energías renovables, con más recursos de regalías para cerrar brechas en los territorios.
En suma, hay una nueva narrativa en la voz del Gobierno, que implica no solo entenderla e interpretarla; supone también para el Caribe aprovechar los espacios y oportunidades que se abrirán, y que no debemos dejar que se vayan para otras regiones.