El año 2022 debe ser sin duda la oportunidad para que los colombianos se sacudan de la maldición de las mismas familias dominantes, mafiosas, clanes de la politiquería, llenas de privilegios con el erario y no seguir como pueblos desposeídos y miserables.
Llevamos seis décadas eligiendo a la misma clase política descompuesta de los partidos tradicionales, que encontró en las arcas del Estado su mejor opción de poder y riqueza ilícita, aprovechando la compra de votos, burocracia y la corrupción.
Se unen en medio de sus intereses y diferencias, protegen su maquinaria, clientelismo, cuentan con sus financistas de costosas campañas de la ultraderecha, dueños de los más influyentes medios de comunicación a sus servicios.
Las próximas elecciones para el Congreso el 13 de marzo y Presidencia de la República, el 29 de mayo 2022, son de una responsabilidad enorme que tenemos con el voto de conciencia, para acabar las mafias, carteles y corruptos en el poder.
Iniciar la campaña casa a casa, que el voto no hay que regalarlo, ni venderlo, mucho menos abstenerse, porque la corrupción, descomposición de todos los estamentos del Estado, es por ser irresponsable con nuestro voto, por acción u omisión.
El país necesita más justicia, lucha contra la corrupción, impunidad, microtráfico, ampliación de la democracia, defensa de medioambiente, devolverle al país un Congreso digno, que esté al servicio del bien colectivo y en defensa de lo público.
La educación digna es un derecho que debe garantizar el Estado, sin importar la capacidad monetaria o si se encuentran en la ciudad o el campo, gratuita y de calidad, que abarque desde el preescolar hasta la universidad.
Estamos convencidos de que, para acabar la descarada corrupción con impunidad garantizada, el nepotismo, la desigualdad e inequidad social, hay que renovar los actuales congresistas y presidente de la República de los partidos tradicionales.
Es la oportunidad ahora o nunca en estas elecciones 2022, de demostrar con el voto a conciencia, que la compra de votos con dineros mal habidos, la corrupción en las urnas, las mentiras, el descaro y el cinismo de la ultraderecha llegó a su fin.
El nuevo Congreso y presidente de la República requieren del trabajo conjunto y participación más activa de la sociedad civil, en la implementación efectiva del acuerdo de paz con la Farc, diálogos con el ELN, erradicar el dengue, COVID-19.
Cambiar la historia de la violencia política con los votos a conciencia de la clase obrera, organizaciones sociales, populares, jóvenes, afro, indígenas, LGBTI, mujeres, indignados, demócratas, sus familiares y como aliados claves los abstencionistas.
*CUT Bolívar.