Columna
Arauca, víctima del narcoterrorismo
No termina enero y Simeón Delgado, muerto en el atentado con carro bomba en Saravena, es la víctima número 25 de la violencia que se ha ensañado con los araucanos y que no es de hoy. Hace diez años, en este mismo espacio, le pedía al ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, crear en Arauca una “Zona de Alta Vigilancia Militar” para neutralizar al Eln, ya acantonado en Venezuela con la bendición de Chávez.
Arauca era feudo del Eln, que atacaba la industria petrolera y la ganadería, y, con el terror como estrategia, garantizaba control territorial a los corredores de la droga, que ya alimentaba la dictadura vecina. En julio de 2012, celebraron 48 años con un “paro armado”, que se repitió en septiembre, para los 36 años del frente Domingo Laín, paralizando seis departamentos, mientras el gobierno estaba ocupado negociando con las Farc.
Era y es una violencia endémica, pero la de hoy es aterradora y sin tregua, pues después del Acuerdo para una paz que los araucanos no han visto, las disidencias, también desde Venezuela, le echaron el ojo al negocio del narcotráfico y decidieron arrebatárselo a los elenos a sangre y fuego..., y en esas estamos.
Si le preguntamos a un “progresista” por la razón de la violencia en Arauca, responderá con cinismo que es la no implementación del Acuerdo, discurso mentiroso que esconde la verdadera causa: el narcotráfico.
Un “centrosantista” dirá, con igual cinismo, que es la poca inversión social, es decir, el incumplimiento del Acuerdo; inversión que no hizo el gobierno Santos pero que hoy se reclama, desconociendo que la causa es el narcotráfico.
Un magistrado de la Corte Constitucional estará de acuerdo con los anteriores, pues considera el Acuerdo como parte de la Carta, y reconocerá el papel del narcotráfico, pero insistirá en que la aspersión aérea afecta la salud y el ambiente, desconociendo el mayor daño de las drogas a la salud pública y la mayor degradación ambiental de la siembra y el procesamiento. ¿A quién le conviene tal posición?: al narcotráfico.
Si le preguntamos a un líder social quién está detrás de la violencia contra sus organizaciones, culpará a la falta de protección del gobierno y a los despojadores de tierras. ¿Quiénes son esos despojadores?: el narcotráfico.
El país está ciego frente al narcotráfico, que financia la violencia rural y, también, el vandalismo urbano y el ambiente de inseguridad en las ciudades, frente a lo cual se erige como salvadora la verdadera amenaza: el progresismo comunista.
N.B. En un comunicado respondí a las delirantes declaraciones de Benito Osorio, un “refrito” del que ya me defendí hace diez años.
*Presidente Ejecutivo de Fedegán.