De acuerdo con la OCDE, el crecimiento de una economía es inclusivo cuando se distribuye de manera equitativa entre la sociedad y crea oportunidades para todos. El crecimiento inclusivo genera trabajo decente, da oportunidades a todos los segmentos de la sociedad, especialmente a las personas más necesitadas, y distribuye los beneficios de la prosperidad de manera más equitativa.
Los modelos económicos tradicionales y su evolución, por lo que habíamos podido percibir antes de la pandemia, eran desiguales, y ahora, en medio de todas las situaciones que atravesamos en las diferentes economías del mundo, no es difícil adelantarnos a inferir que aún no son favorables.
El destacado analista económico Xavier Ferrás, realizó una interesante reflexión en torno a la crisis de los modelos de producción tradicionales frente los nuevos modelos de economías basados en tecnología, investigación y desarrollo, los cuales nos han permitido crear riquezas a través de la productividad, pero nos han puesto en una situación que poco contribuye al crecimiento inclusivo, y es que el sistema no sabe ahora cómo distribuir la riqueza.
Una economía en expansión no significa que todos se benefician por igual. El crecimiento económico tiene que ser incluyente para garantizar el bienestar de toda la población y nuestro entorno. En ese sentido, el fundador del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, ha realizado una interesante propuesta desde lo que él denomina el “capitalismo de stakeholders”, en el que las empresas buscan la creación de valor a largo plazo, los gobiernos cooperan para generar progreso para sus ciudadanos y las organizaciones internacionales promueven diálogos con todas las partes interesadas, todo esto teniendo en cuenta el balance de los intereses entre las personas y el planeta.
Desde nuestro territorio la prioridad seguirá siendo la de trabajar constantemente para agregar valor y mejorar la productividad, buscar el desarrollo de más políticas de apoyo hacia los emprendimientos y las Mipyme, así como ampliar la capacidad de innovar y absorber nuevas tecnologías, además de generar consciencia y mentalidad hacia la sostenibilidad ambiental, ejecutando estrategias de economía circular y transición energética.
El mundo cambió y los modelos actuales del capitalismo se deben adaptar a esta nueva realidad para el crecimiento inclusivo y sostenible.
