De acuerdo con el diccionario de la Real Academia de la Lengua (RAE), se define como tecnocracia a un equipo de técnicos o especialistas en una materia que ocupan posiciones de liderazgo. Se afirma con frecuencia que una de las fortalezas que tiene Colombia es una tecnocracia bien preparada, la cual, por ejemplo, ha sido artífice de la estabilidad macroeconómica del país. Por otro lado, también se argumenta que muchas veces está desconectada de la realidad y desde el mundo político se mira con menosprecio. A pesar de ciertas debilidades, la tecnocracia colombiana ha tenido, y debe continuar teniendo, un papel protagónico en el desarrollo económico y social del país.
Tal vez una gran debilidad de nuestra tecnocracia es que le falta calle. Son un grupo de profesionales con formación en las mejores universidades nacionales y extranjeras. En su gran mayoría desarrollan sus carreras en distintas entidades públicas y privadas de la capital del país. Esa experiencia termina marcando una visión del país muy cercana a la capital, pero alejada de la realidad que se vive en las distintas regiones.
Otro aspecto en el cual falla nuestra tecnocracia es en la comunicación de los mensajes a un público amplio. Se escribe para ciertos grupos especializados en donde suelen desarrollarse debates en un lenguaje muy técnico sin involucrar a un mayor número de ciudadanos. En muchos casos, no hay interés en los tecnócratas por comunicar mejor sus mensajes, lo cual puede ser interpretado como arrogancia por parte del ciudadano de a pie.
Al final, estos factores pueden llevar a que se identifiquen como un grupo de especialistas desconectados de la realidad nacional e insensibles ante los problemas de la población. Esto suele ser explotado por ciertos opositores quienes muchas veces no quieren que las recomendaciones de los tecnócratas sean implementadas porque van en contra de sus intereses particulares.
La tecnocracia debe hacer un esfuerzo mayor por conocer la realidad y comunicar mejor los mensajes. Aún tiene mucho por aportar en la construcción de unas políticas públicas que permitan alcanzar el grado de bienestar económico y social que Colombia requiere. Es fundamental desarrollar una mayor empatía por los problemas que enfrentan los ciudadanos en el día a día, así como identificar los factores clave en la ejecución de las recomendaciones. Esto permitiría probablemente formular estrategias de desarrollo más acorde con la realidad y transmitirlas de una forma que lleguen a todos los públicos.
