La muerte y desaparición de mujeres en Cartagena preocupa. La poca respuesta de las autoridades frente a hechos tan graves, como el caso de Alexandrith Sarmiento, que ya completa cuatro meses desaparecida; sin embargo, un capturado que posteriormente fue dejado en libertad, es la única respuesta que ha tenido su familia. Un sinnúmero de datos e incluso una recompensa han sido insuficientes para encontrarla.
Cuando una mujer desaparece, muere, la violentan, siempre se asocia con: ¿qué hizo para que le pegaran? ¿Andaba en malos pasos? ¿Era prostituta, prepago, dama de compañía? Es como si las mujeres fuéramos culpables de encontrarnos en el camino a violadores, abusadores y asesinos.
El 14 de agosto fue reportada la muerte de Laura Melissa Caballero Montaño, una joven de 23 años, que, según la Policía de Cartagena, se había suicidado. Algunas voces la señalaron de prepago juzgando las fotos de sus redes sociales. Lo que obligó a su padre, Daniel Caballero, a salir a exigir que respetaran el nombre de su hija, que no era prostituta y que ella había sido asesinada. Laura conoció en un establecimiento de comercio a Cristopher Condon, con quien inició una amistad, que terminó relacionada en negocios con su hermano. Es a este hombre a quien la familia señala de ser el presunto responsable.
Una persona cercana a Laura me dio detalles de lo ocurrido, las capturas de pantalla de conversaciones que sostuvo Cristopher, luego de la muerte de la joven, donde él reveló información que indica que la policía le habría ayudado, y que les tuvo que dar $400.000 para que lo protegieran.
Hay pruebas que podrían esclarecer la muerte de Laura, pero solo hasta el jueves 26 de agosto, la familia recibió el informe formal de Medicina Legal que indica: “Laura murió por asfixia mecánica”. Según Cristopher, Laura se colgó con una toalla en la ducha del baño y se ahorcó, ¿puede la ducha con el peso de una persona, alguien se puede ahorcar con una toalla? Muchos interrogantes si le ponemos lógica, pero cero señalamientos, si creemos en la justicia.
Los cuestionamientos de la familia son graves, señalan a la última persona que tuvo contacto con ella, de ser el responsable; pero sobre esto, las autoridades han guardado silencio. La Policía se limitó a decir: “Eso le corresponde a la Fiscalía”.
Otro caso sin resolver, otra madre que no volverá a ver a su hija, otro padre que clama justicia, amigos que hacen tendencia en redes para hacer ver el caso, ¿y qué hacen las autoridades para evitar que esto pase de agache, para que no se sigan justificando las muertes? ¿Qué hacer cuando la autoridad nos reporta como suicidio?
No son culpables, son víctimas, no más silencio ni impunidad con la muerte de las mujeres.