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¿Rodolfo Hernández sabrá jugar ajedrez? Tremendo enroque que hizo

En el siglo XVI, Pedro Damiano publicó el libro Imparare giocare a Scachi (Aprender a jugar al Ajedrez) y desde esa fecha el mundo del ajedrez conoció al enroque, uno de los movimientos más especiales del tablero cuadriculado. Según la Federación Internacional de Ajedrez, consiste en una estratagema donde el rey y alguna de las dos torres del mismo bando intercambian sus posiciones iniciales.

Es considerada una de las tretas más ambiciosas del juego y tiene como objetivo proteger al rey de potenciales ataques de los caballos, alfiles y la reina del ejercito lignario rival. Al estar la corona en un extremo, esta limita las vulnerabilidades tras una línea de peones y otros abanderados menores que lo convierten en inalcanzable.

¿Pero por qué relaciono a Rodolfo Hernández con el ajedrez? Porque, sin suscribirme en una ideología o partido político, considero que vio a sus votantes como unos meros alfiles para lograr una ambición monárquica en Santander, donde rige y designa, manipulando al Senado y al Estatuto de la Oposición, que le dio su curul, como unas simples torres. (Lea: “Es como tener a Messi de portero”: ¿Se perderá la curul de Rodolfo?)

Tras conocerse su renuncia al escaño que ganó como el representante de ese otro país que se opone al presidente Gustavo Petro, sus reformas y su proyecto político, desató la decepción y la ira de muchos, especialmente en redes sociales, porque sintieron que su voluntad la invirtieron en un fiasco.

Ya con la decisión macerada y que no era otro capítulo más de las chanzas que al ingeniero le gusta protagonizar para no perder vigencia como ese abuelo jocoso, irreverente y disruptivo que se va lanza en ristre contra la corrupción, por la que está investigado, con un estilo distante de lo políticamente correcto, un supuesto alborotó aún más a sus viudas: todo se trató de un teatro.

Con la renuncia del líder del partido Liga de Gobernantes Anticorrupción, su curul quedó desierta pues está es personal e intransferible. Lo más desconcertante es el rumor que algunos medios han puesto sobre la mesa: la llegada al Senado de Rodolfo Hernández era parte de una estrategia política para que su movimiento lograra personería jurídica y se convirtiera en partido. De esa forma, tendría partido y plataforma para lanzarse a la Gobernación de su departamento.

El Rey enrocándose para defender los predios donde nació, en medio del fortalecimiento de rivales políticos en su región y de la descuadernación de su movimiento. De eso podría decir mucho su ex fórmula vicepresidencial, Marelén Castillo. (Lea: “Rodolfo me dijo que fue un Baloto para mí, mientras me pedía puestos”)

“La personería ya le fue otorgada por el Consejo Nacional Electoral a principios de agosto, con lo que ya habría cumplido su cometido al asumir la curul en el Senado”, indicó la revista Semana.

El mismo ingeniero confirmó que estaba pensando en las elecciones de 2023 y que no era “un hombre parlamentario”. Y vaya que lo demostró con su tenue figura opositora en el Senado, cuando 10 millones y medio de colombianos depositaron su confianza para que él sea el abanderado del justo y congruente contrapeso que debe tener Gustavo Petro, para así hablar de una democracia que cumpla con los mínimos.

Creo que el país merece gobernantes y líderes que no vean a Colombia como un juego de ajedrez donde apostar con la confianza ajena para alcanzar sus intereses. El altruismo y la representación política no son simples peones.

*Abogado

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