La Alcaldía habilitó, la semana pasada, el doble paso en el Puente Las Palmas, después de anunciar en diciembre que solo era posible usarlo en una sola vía para reducir su desgaste y la accidentalidad.
El secretario de Infraestructura, Luis Villadiego, dijo que el doble paso fue producto de “meses de monitoreo y trabajo” entre su equipo y la Sociedad Colombiana de Ingenieros. Más allá de esa explicación, el ‘rever’ con Las Palmas evidencia, al menos, dos problemas en la dependencia de Infraestructura Distrital.
El primero de ellos es la contradicción (¿ausencia?) en los criterios técnicos, porque el doble paso llegó después de la reciente manifestación de habitantes del barrio Manga, quienes le exigieron al gobierno de William Dau soluciones de fondo y no provisionales como la de diciembre.
Resulta que ese mes, la Alcaldía habilitó el tráfico en Las Palmas para aliviar la carga vehicular sobre los puentes Jiménez y Román, otros puntos de entrada y salida de Manga que también necesitan intervención urgente. La rehabilitación decembrina de Las Palmas ocurrió tras la instalación de unas láminas metálicas para sostener el peso de los vehículos livianos. Esa estructura generó una pendiente, de unos 15 grados de inclinación, que aumentó el riesgo de accidentalidad vial, porque los carros no tienen suficiente espacio ni tiempo para frenar al bajar.
Infraestructura Distrital reconoció que la estructura había quedado en un nivel más alto que el del puente y por eso propuso el flujo vehicular en un solo sentido para reducir el riesgo de accidentes. Esa dependencia dijo, además, que la instalación de las láminas metálicas era una solución temporal, mientras se encontraba una salida definitiva.
Ocho meses después, esa solución sigue difusa, hecho que evidencia el segundo problema: la falta de planeación, pues lo que la Alcaldía entregó como un ‘mientras tanto’ comienza a parecerse más a un ‘mientras siempre’. ¿La razón? Para la construcción de un nuevo puente, Cartagena debe definir si tendrá o no una alternativa de transporte acuático de pasajeros, como complemento a su sistema masivo Transcaribe, o si construirá la Quinta Avenida de Manga, obra a la que el alcalde Dau se opone.
El evidente deterioro de los puentes de Manga es solo una parte de los apremiantes problemas de infraestructura de Cartagena. Estructuras deterioradas que le meten presión al gobierno distrital, pues lleva meses hablando de soluciones que aún no llegan. De hecho, varios macroproyectos (malecón de la Ciénaga de la Virgen o red de mercados) tienen un largo camino por recorrer y es probable que no queden listos en esta administración.
*Cofundadora de La Contratopedia Caribe