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¿Retiramos los semáforos?

El vehículo para ante la señal de la luz roja del semáforo en la calle Bogotá con carrera 17 del barrio Torices de Cartagena, mientras los conductores de motos con pasajeros a bordo no se detienen; cruzan sin importar los riesgos de ser atropellados, como si el semáforo no existiera. Seguimos a la avenida Pedro de Heredia y la historia se repite en cada lugar donde hay una señal de tránsito igual. Es algo increíble de aceptar, pero que cada día se hace normal, ya que la comunidad observa el irrespeto de infractores, sin que tengan alguna clase de control, ni sanción como sucede en las cebras del barrio La Castellana donde las personas con la luz en verde para peatones tienen que esperar que los motorizados se vuelen la luz en rojo.

De regreso por la carrera 17 de Torices, encontramos a varios mototaxistas que no hacen pare cuando salen a la vía y enseguida circulan en contravía por la margen derecha, algo que ya es costumbre, pero que en cualquier día puede ser causa de una tragedia. Lo del número de pasajeros es oficial que en cada moto se transporten más de tres pasajeros entre ellos mujeres embarazadas y niños. Estos hechos denotan la degradación de la cultura ciudadana que nos devuelve a las épocas primitivas de la humanidad, que se evidencia en la ausencia de respeto a las normas de convivencia por todas partes en Cartagena, cuando la mayoría de conductores de motos desconoce las señales de tránsito poniendo en riesgo sus vidas y las de sus acompañantes, lo que nos permite afirmar que en Cartagena los semáforos no existen para la mayoría de conductores de motos, en especial los denominados mototaxistas.

¿Cómo hacemos para que Cartagena avance al compás de sus largos años, logrando la evolución en el tiempo con la transformación social y económica? ¿Como sociedad claudicamos y retiramos los semáforos y demás señales de tránsito para que los ciudadanos desobedientes y todos los primitivos urbanos no tengan obstáculos en su caótico actuar? ¿Le apostamos a través de la educación a la construcción de una nueva ciudadanía que tenga una visión, compromiso y comportamiento solidario de respeto a los derechos de los demás que conviven en el mismo territorio? No es fácil, se requiere de la intervención individual y colectiva; desde la casa, la comunidad, las empresas, pero sobre todo de las autoridades administrativas, tránsito y de policía, del sector educativo, los medios de comunicación como factores decisivos en el proceso de desaprender las costumbres negativas y reaprender mejores formas de convivencia. Cartagena, sí es posible.

*Especialista en Formación de Formadores.

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