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Reforma moral por Colombia

Una vez más un pueblo latinoamericano sale a marchar para reclamar reivindicaciones sociales, otra vez el turno le tocó a Colombia cuando la presentación ante el Congreso de una lesiva reforma tributaria provocó el descontento colectivo en comunidades de diversos orígenes que salen a las calles desde el 28 de abril a protestar contra el Gobierno. Lo que es apenas una pequeña demostración de lo que puede ser la detonación de la bomba de tiempo que tanto se presagia en sociología.

Para algunos analistas lo que sucede en el país hace parte de una conspiración a nivel internacional RMD con el fin de incentivar una confrontación nacional, pero olvidan que en el 2019 la ciudadanía también salió a las calles a pedir soluciones a su problemática social, sin obtener respuestas efectivas del gobierno que se comprometió a promover un diálogo nacional que no hizo, luego la situación actual del pueblo colombiano es el cúmulo de necesidades insatisfechas por décadas, entre otras: la implementación de la gratuidad general de la educación hasta la educación superior, eliminando al Icetex con la condonación de los créditos a los deudores; la creación del banco de los pobres para entregar recursos de emprendimiento a las familias que hayan recibido previa asesoría del Sena con el fin de que generen ingresos que les permita salir de la pobreza; la reforma al sistema de salud, implementando una estructura donde el Estado administre sus recursos directamente, y el fortalecimiento de la participación ciudadana para vincular a la comunidad a su propio progreso.

Como hicimos en el 2019, pedimos al presidente Duque y a la dirigencia política nacional que atiendan el querer popular y aprovechen para realizar las reformas que permitan la justicia social y bienestar general de los colombianos. Siendo demócratas creemos que el señor presidente debe asumir con entereza la autonomía de su mandato desmarcándose de cualquier orientación perjudicial para dar respuestas efectivas al clamor de las comunidades, su imagen ante la gente de orador elocuente, debe trascender a la de estadista con suficiente liderazgo y poder de decisión.

Para aumentar los recursos de inversión social, antes de crear nuevos impuestos nuestra patria reclama una reforma moral de sus dirigentes donde se adopte como doctrina que para los gobernantes el interés colectivo debe ser sagrado; su prioridad el servicio a la comunidad; y que el ejercicio de la política es para promover el desarrollo humano de la ciudadanía, y no un concierto de estrategias para enriquecerse a través del delito.

*P.U. Comunicación Social Periodismo. Especialista en Formación de Formadores.

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