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Pensando en grande

Hace mucho tiempo, desde que era estudiante de arquitectura, me regocijaba a solas pensando en soluciones para los cuantiosos problemas de Cartagena; algunos -muy pocos- ya se han solucionado, pero de aquellos en que soñaba, todavía quedan bastantes represados en esa espera eterna que desespera, a los que se le suman todos los nuevos que han venido surgiendo con el paso de los años y el crecimiento descontrolado de la ciudad, en gran parte causado por nuestro vetusto y obsoleto Plan de Ordenamiento Territorial. Bocagrande pasó de ser un agradable barrio de casas individuales entre calles espaciosas y mucho verde, a un caótico “pequeño Manhattan” lleno de edificios, con las mismas calles y poco verde, al que solo lo salva de morir asfixiado el mar por un lado y la bahía por el otro. Adicionemos las frecuentes inundaciones, el ruido creciente del tránsito vehicular, los trancones, las sirenas de las ambulancias, los microbuses y las lanchas de paseo por el borde de la bahía con su escandalosa música, para que completemos el despiporre.

Cartagena no puede seguir dependiendo de las calles Larga y de la Media Luna para salir del súper densificado Bocagrande (o entrar), pues son un absoluto cuello de botella que no permite ampliaciones. Para solucionar esto, solo hay dos alternativas: un puente o un túnel submarino entre Bocagrande y Manga, o un viaducto que cruce la Laguna de El Cabrero. Para la primera, el puente alteraría la visual del Centro Histórico y el tráfico acuático en la Bahía de las Ánimas, amén de entorpecer el paso de embarcaciones. En cuanto al túnel submarino, si bien evitaría la anterior consideración, su alto costo y complicaciones técnicas unidas a los diseños viales para sus dos extremos en tan estrechos espacios, lo hacen inviable. La segunda es mi preferida, por cuanto se aprovecharían las nuevas obras de protección costera en Bocagrande hasta llegar a La Tenaza (o más adelante), en donde se haría un cruce especial para ir a la Laguna de El Cabrero arrancando allí el viaducto a la orilla opuesta, que al llegar al inútil parque “Espíritu del Manglar”, pasaría por encima de la actual avenida Pedro de Heredia siguiendo hacia el Pie del Cerro (se aprovecha para solucionar las invasiones) pasando por detrás del Mall Plaza; se soluciona el cruce con el puente Heredia y sigue hacia el nuevo puente Las Palmas empatando con la actual avenida del Lago, la cual se ampliaría pasando por detrás del Complejo de Raquetas; franqueado este, se une y sigue paralelo a la vía actual y así, hasta llegar al puente Bazurto en donde empataría con el actual Corredor de Carga. El resto ya está hecho.

Con este trazado explicado a las volandas, la proyectada Quinta Avenida de Manga quedaría eliminada y se le daría solución a todo.

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