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¿Paz, sin seguridad?

A diferencia del proceso de negociación con la Farc, desarrollado en un ambiente de crítica y escepticismo, hoy existe -como nunca- un “estado de opinión” generalizado en favor de la negociación y reconciliación, incluso, por los partidos de derecha. Lo paradójico es que las amenazas actuales a la “paz total” no tienen origen externo, sino interno: las imprudencias de funcionarios y familiares del presidente, las improvisaciones, impericia y desidia del comisionado de paz y, especialmente, la ausencia de una estrategia de seguridad, en lo que coincidieron académicos, columnistas y políticos -no propiamente de derecha- en un panel realizado por la Revista Cambio, que comento a continuación.

El primero en intervenir fue Rodrigo Uprimny, quien resaltó los loables propósitos de la “paz total, pero seguidamente señaló que es un concepto confuso que no diferencia lo que es una “negociación política” para cerrar un conflicto, de una política criminal para someter judicialmente a grupos delincuenciales; además, advirtió que es una falencia no tener una estrategia de seguridad, sin la cual los grupos armados no tienen incentivo (presión) para negociar, ni los desmovilizados y delatores garantía de su vida e integridad, lo que -reconoce-: “no se resuelve hablando de seguridad humana de manera tan genérica”.

El exministro Yesid Reyes aseveró que la debilidad de este proceso, como el de los anteriores, es que no cuenta con una estrategia de seguridad para evitar que la criminalidad vuelva a copar los espacios liberados, como sucedió con la Farc. El profesor y columnista Ramiro Bejarano expresó su preocupación por lo mismo, insinuando que las próximas elecciones “estarán infiltradas por el narcotráfico”. Y el senador e investigador Ariel Ávila reconoció que efectivamente no hay una estrategia de seguridad, por lo que sentenció: “Hasta que no se entienda que la paz también requiere garrote, esto va a ser muy complicado”.

Finalmente, el profesor Armando Borrero distinguió entre procesos de paz institucionalizados (diseñados y estructurados), como el de la Farc, muy exitosos, y procesos voluntaristas (improvisados y sometidos a la suerte, liberalidad y buena voluntad de los grupos ilegales), como los desarrollados por Betancur, Pastrana y Petro, que nunca han funcionado, por lo que señaló que este gobierno no tiene “ni estrategia de paz, ni de seguridad”, pues el concepto de “seguridad humana” si bien tiene un gran valor ético, en la práctica sólo produce confusiones en la fuerza pública.

Post scriptum: presidente, escuche y atienda lo que dicen personas que votaron por usted y que creen en su proyecto, y que piensan -como muchos y yo - que la salida es la negociación y la reconciliación, pero presidente, no a cualquier precio.

*Profesor universitario.

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