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Protección costera vs. patrimonio

Nos hemos acostumbrado a las reacciones tardías a proyectos de ciudad producto de los deficientes diseños, amañadas socializaciones y por qué no, al poco interés que se genera en todos los círculos y fuerzas vivas de la ciudad, que no exigen información completa ni hacen valer su derecho a conocer, la ingeniería de detalle, especificaciones y presupuestos de las obras a ejecutar. Se ha vuelto repetitiva la práctica de presentar obras, de gran impacto para la ciudad, en un formato conceptual muy llamativo, pero poco técnico.

El caso de la protección costera no es la excepción y a pocas semanas de haber iniciado ya se oyen voces de protesta, de entendidos y legos en la materia, que deberían poner a pensar a los estructuradores y ejecutores de todo proyecto para no desconocer la ingeniería de consulta e interventoría en los estudios previos, escogiendo, mediante concurso de méritos, a las empresas más idóneas y calificadas en determinado tipo de obra, tal como lo establece la Ley 80 de 1993. No debemos olvidar que la pluralidad de oferentes es lo más sano y transparente en cualquier proceso. Por ejemplo: sabemos que los estudios y diseños, del llamado “Malecón de la Ciénaga de la Virgen”, los ejecuta una empresa de Barranquilla. ¿Qué ingeniero o empresa está haciendo la interventoría de estos diseños? Aquí se nos vendrá otra ola de críticas cuando se inicien los trabajos.

No me referiré al diseño de la protección costera pues ya las obras no tienen marcha atrás. Esperamos que estas sean funcionales y adecuadas a lo que la ciudad necesita.

En cuanto a la opinión de los conservacionistas del patrimonio histórico, ingenieros y arquitectos versados en la materia, que advirtieron los daños que podrían ocasionarse a la Escollera de la Marina, que fue construida en 1771, lo cual la hace, en mi humilde opinión, un patrimonio sumergido invisible, del cual nunca se tuvo una georeferenciación, ni estudios batimétricos, fotos y demás elementos que nos permitieran saber de su real estado de conservación.

Amigos conservacionistas: en la construcción de la avenida Santander se hizo un relleno que afectó la altura inicial de las murallas y gran parte de la escollera de la Marina. Ahora se le construyó un andén que disminuyó esa altura en 25 centímetros. No los oí decir nada. ¿Dónde se encontraban ustedes cuando se produjo la depredación del patrimonio que representaban las mansiones de Manga, Pie de la Popa, El Cabrero y otros barrios? ¿Por qué se han hecho los ciegos, sordos y mudos ante la devastación del patrimonio colonial del Centro Histórico? ¿Qué pasó con el edificio Aquarela? ¿Qué dijeron del túnel de Crespo y el puente de Marbella?

*Ingeniero Civil y Sanitario.

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