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Más recursos ‘a dedo’ y menos licitaciones en Cartagena

Aumentar el número de contratos por competencia, disminuir la contratación directa y evitar el uso de intermediarios, como la Bolsa Mercantil y Edurbe, para ejecutar los recursos públicos, son algunas de las recomendaciones que Funcicar le hace al gobierno distrital, en su más reciente informe de seguimiento a la contratación pública.

El documento muestra cómo en 2021 la contratación directa, popularmente conocida como ‘a dedo’, fue la modalidad más usada por el Distrito para ejecutar los recursos. Un comportamiento similar al de las administraciones que ha tenido Cartagena desde 2014, pero que con la llegada de un veedor como William Dau al Palacio de La Aduana se proyectaba a la baja.

Funcicar encontró que el 64% de los recursos adjudicados por la Alcaldía en 2021 se entregaron sin competencia: bajo la modalidad de contratación directa, el Gobierno Distrital entregó $243.655 millones, repartidos en 4.317 contratos.

Ese monto representó un aumento del 27% comparado con 2020, pese a que el número de procesos celebrados ‘a dedo’ disminuyó: de 5.859 contratos, el gobierno de Dau pasó a 4.317 en 2021.

Al haber tanta contratación directa hubo menos licitaciones públicas. El año pasado, la Alcaldía solo contrató $11.790 millones en dos procesos de ese tipo. En 2020 no hubo ninguna licitación. Unas cifras que contrastan con los anteriores gobiernos, cuyas convocatorias oscilaron entre 13 y 32 por año.

Desde 2020, cuando Dau llegó a La Aduana, la Alcaldía de Cartagena ha reducido la contratación por licitación pública. Millonarios contratos, como el Programa de Alimentación Escolar (PAE) y la vigilancia y el aseo para escuelas y oficinas distritales, se adjudican a través de dos plataformas alternas: el Mercado de Compras Públicas de la Bolsa Mercantil y la Tienda Virtual del Estado Colombiano.

Esa disminución se explica, en parte, por la desconfianza que el alcalde Dau ha manifestado en los procesos licitatorios en Cartagena. Según él, la mayoría de esos contratos se han celebrado de manera irregular y han terminado amañando la selección de los contratistas.

Si bien en el pasado varias licitaciones de Cartagena terminaron en investigaciones por corrupción, la ausencia de procesos competitivos también evidencia una debilidad institucional en el gobierno de Dau, pues las licitaciones exigen sólidos equipos contractuales para la elaboración y publicación de los pliegos, así como para la posterior evaluación de los proponentes.

Además, con menos licitaciones convocadas, el Distrito pierde la oportunidad de construir una institucionalidad contractual (políticas de contratación y personal capacitado) que le garantice la convocatoria y celebración de procesos transparentes.

La construcción y la confianza en lo público, en últimas, son los grandes desafíos de Cartagena.

*Cofundadora de La Contratopedia Caribe.

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