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Los grupos de WhatsApp

A pesar de mi lucha para evitar pertenecer a grupos en WhatsApp, tengo que admitir que estoy perdiendo la batalla. Cada día surgen nuevos grupos entre amigos, familiares, compañeros de trabajo, los exalumnos del colegio o la universidad, los vecinos del barrio donde crecimos, los que asistíamos a las fiestas de los 80, entre otros. La pandemia ha fomentado la creación de más grupos en WhatsApp. Debo reconocer que existen algunas ventajas de pertenecer a ellos, pero considero que es necesario adoptar algunas prácticas para su manejo.

Una primera práctica al momento de crear un grupo de WhatsApp es preguntar a las personas si están interesadas en participar. No agregar personas sin una consulta y aprobación previa. Además, respetar el derecho que tiene cada uno a rechazar la inclusión en el grupo. Negarse a participar no lo convierte en enemigo ni antisocial, simplemente tiene el derecho a escoger si quiere ser parte del grupo.

En segundo lugar, los grupos deberían tener una vida finita en el tiempo. Por ejemplo, al crear uno para coordinar alguna actividad programada para una fecha determinada, este debería eliminarse una vez concluya dicha actividad. No deben dejarse abiertos por siempre, aun cuando la razón de su creación termina.

La tercera práctica es evitar la proliferación permanente de mensajes. Especialmente porque muchos son bilaterales entre ciertos miembros. Recordar que hay la oportunidad de sostener la conversación con otro miembro del grupo de manera directa. Algo que puede ser del interés de un par de miembros, no necesariamente implica que lo sea para todos. Podría ser útil limitar los mensajes a aquellos que sean de interés general y evitar los renvíos de cadenas de videos, chistes, oraciones, productos en venta, recetas de cocina, etc.

En aquellos grupos que sean de trabajo o profesionales, tratar temas específicos que no implique poner de acuerdo a todos los miembros. Si se requiere construir consensos, puede ser más conveniente trabajar sobre propuestas escritas que se distribuyan por correo electrónico para recibir comentarios y/o sugerencias puntuales. Pretender llegar a un acuerdo en un grupo de WhatsApp con muchos miembros es bastante complejo y poco práctico.

Estas son algunas reflexiones surgidas por el abuso de los grupos de WhatsApp en la pandemia. No creo que sea un sentimiento único y muchos pueden tener la sensación que se volvieron inmanejables y no se atreven a expresarlo, por temor a enfrentar un linchamiento social. Es hora de imponer un autocuidado al momento de crear e interactuar en los grupos en WhatsApp.

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