Como aun continúa la discusión sobre los coches de caballos, atizada por un desconocido comediante buscando popularidad, y por supuesto aquejado por el Síndrome de Cartagena, les transcribo algunos apartes de la comunicación que sobre este aspecto me hizo la Dra. Milagros Flores Román, historiadora y arqueóloga de la Universidad Complutense de Madrid, especialista en Patrimonio Histórico Cultural, con más de 30 años de investigación histórica en Interpretación y Gestión de Patrimonio, y a quien le solicité su concepto sobre el particular:
“La Ciudad de Cartagena de Indias posee la cualidad única de que todavía guarda una de las tradiciones populares más arraigadas en Hispanoamérica; los coches de caballos, lo que le añade valor patrimonial. Estos además de reforzar un sentimiento de identidad sobre el pasado histórico de la ciudad, permite un espacio para dar continuidad a estampas de nuestras costumbres y tradiciones ya perdidas. La tradición popular de los coches de caballo, además de ofrecer un recorrido por las antiguas calles de la ciudad histórica, a la vez permiten un viaje en el tiempo recorriendo las antiguas estructuras y escuchando sus historias, interpretar los dramas familiares de las vidas que las habitaron, imaginar la vida cotidiana de la ciudad, así como sus momentos tanto de lucha como gloriosos.
Entonces, un elemento que posee esta virtud de ofrecernos tanto, en modo alguno puede desmerecer el valor patrimonial de la ciudad, sino todo lo contrario, lo agranda, porque contribuye a reforzar ese sentimiento de identidad y continuidad de nuestro pasado, y más aún, porque se funde con la imagen de la ciudad.
Querer eliminar los coches de caballos del Centro Histórico de Cartagena solo es reflejo de la incapacidad de lograr una sana convivencia de los valores culturales junto con los intereses comerciales”.
Juicio profesional que nos da el tono, del porqué los coches de caballos no deben desaparecer. Debo subrayar que la Dra. Flores actualmente forma parte del Comité Científico Internacional de Icomos, organización adscrita a la ONU a través de la Unesco, que vela por la protección y conservación del patrimonio cultural de la humanidad, y la que cada dos años nos visita para darnos el aval de continuar llamándonos Patrimonio Histórico de la Humanidad. Algo fundamental que no debemos olvidar, es que, al evaluarse a la ciudad para declararla Patrimonio Histórico de la Humanidad, los coches formaron parte de dicha declaración. ¿Acaso habrá intereses comerciales en poner a funcionar, el tal modelo hechizo?
No se me pasa por la mente, que la histórica plaza de Los Coches, que antes fue llamada del Juez, del Esclavo, de los Mercaderes, de la Yerba, del Ecuador, termine ahora denominándose, la plaza de Los Eléctricos.
