<img src="https://sb.scorecardresearch.com/p?c1=2&amp;c2=31822668&amp;cv=2.0&amp;cj=1">

Jano

Dice la mitología que Jano fue rey del Lacio y que por acoger con hospitalidad y grandes homenajes al dios Saturno este le concedió la capacidad de ver el pasado, el presente y el futuro. Desde entonces, hace miles de años, se lo representa con dos caras de perfil, una mirando a la derecha, el pasado y otra mirando a su izquierda, al futuro. En la mano derecha tiene una llave y en la izquierda un báculo y así es guardián de puertas y caminos.

Rómulo estaba preocupado pues su Roma no podría crecer con las pocas mujeres que había. Por las buenas no fue posible atraer mujeres casaderas. Por ello urdió una triquiñuela: inventó unos juegos en honor a Neptuno a los cuales asistieron hombres y mujeres de las regiones vecinas. El alcohol fluía a raudales. Cuando los extranjeros estaban ebrios los romanos los expulsaron quedándose con las mujeres. A esto es lo que en mitología, literatura y arte se denomina “el rapto de las sabinas”. Los sabinos intentaron inútilmente invadir Roma para recuperar sus mujeres. En uno de esos intentos, cual politiqueros untadores de mermelada, ofrecieron joyas a Tarpeya, hija del guardián del Capitolio, para que les abriera las puertas y así entrar a Roma a vengar el ultraje y recuperar sus mujeres. Dice la leyenda que cuando todo estaba casi perdido el dios Jano hizo que de la tierra brotaran aguas hirvientes que obligaron a la estampida de los invasores.

En adelante el dios era invocado al comienzo de cada guerra y en su templo las puertas permanecían abiertas para que fuera en auxilio de Roma. Según Ovidio, Jano custodiaba las puertas del cielo en compañía de las Horas. La cara del dios se ubicaba a la entrada y la salida de cada puerta para garantizar el éxito. Así Jano representa comienzos y finales, lo bueno y lo malo, el acierto y error. En latín el nombre del dios es Ianus; de allí su nombre pasó a Inaurius, janeiro, janero y por último enero; desde Roma, según los Fastos de Ovidio, enero es el primer mes del año.

Terminado enero, y el año volando, solo nos espera que Jano nos ayude a recordar el pasado, nos abra las puertas de la realidad y nos guíe por el camino hacia un mejor futuro porque tal parece que en el mes de enero el gobernante de la Colombia Humana dejó claro que en los próximos meses, con mermelada abordo, se aprobarán todas las reformas: pensional, de la salud, laboral, de educación y minero energética. Es evidente la injusticia social en nuestro pasado y presente, pero parecería que las reformas agigantarán, a futuro, la paquidermia estatal y su inepto control e injerencia en todo. Lo decía Bertrand Russel: “Los científicos se esfuerzan por hacer posible lo imposible. Los políticos por hacer imposible lo posible”.

*Profesor Universidad de Cartagena.

Más noticias