Convocados por el PNUD y el Foro Nacional Ambiental asistí a una reflexión que me conmovió, a 50 años de la Conferencia de Estocolmo que inició el compromiso ambiental de las naciones con la Casa Común. Destaco del Foro de expertos que en 1970 en el índice del Planeta Vivo aparece la crisis de la biodiversidad indisolublemente ligada a la devastadora crisis climática que, pese a la institucionalidad y reglas, transita calentando el devenir hacia el punto de no retorno, al que accederemos sin remedio si continúa la deforestación, la no reducción convenida de gases de invernadero, la contaminación, extinción de especies y el consumo desmedido de recursos.
Sabemos que para que pueda caer la curva de emisiones y lograr que en 2030 la temperatura no pase de los 1.5 grados, es obligante que los estados y empresas, en verdad, cumplan con los compromisos de mitigación pactados en la COP26, y con voluntad inviertan en adaptarnos a la naturaleza para ser sostenibles y enfrentar las crisis de biodiversidad y climática con sus tragedias continuas.
Pero con el mismo modelo consumista de “progreso” los ecosistemas continúan en riesgo y en rojo. Tomando como línea base la población de vertebrados en 1970, en el 2020 el índice de biodiversidad de Planeta Vivo reporta un 68% de disminución y para América Latina de 94%, según el biólogo Luis Germán Naranjo. Y tiene que ver, entre otras, con que la deforestación no se detiene, especialmente en la Amazonía, pese a la alarma y los compromisos. Si la eliminación de la selva alcanzara entre el 25 al 30% se llegaría al punto de no retorno, y será la catástrofe anticipada para el ambiente y el futuro de nosotros y demás especies. Según Nacional Geographic a la fecha han desforestado el 15%.
Manuel Rodríguez Becerra recordó que pese a los compromisos de los gobiernos de Santos y de Duque, en los últimos 8 años en Colombia se han deforestado 1.350 millones de Ha. Denunció a bancos europeos que desconociendo su compromiso en la COP 26 financiaron negocios deforestadores en el Brasil y a las petroleras que no están cumpliendo con los proyectos pilotos para transitar hacia energías limpias. La descarbonización es inaplazable, al igual que el cambio en el estilo de vida, un modelo económico para un planeta finito donde el crecimiento ilimitado no sea la inspiración. El neoliberalismo no es sostenible, el abuso con la naturaleza está en la raíz del problema. Quedó claro que se requiere un nuevo contrato social, un nuevo orden mundial con una sociedad consciente y movilizada como anotó Manuel Guzmán Hennessey.
Mientras escucho veo a Ucrania bombardeada, los muertos, a los poderosos con sus aterradores juegos de guerra y con el botón nuclear cerca, ¿qué importancia tiene para ellos? Como país biodiverso es prioridad para nosotros. Y pienso en las elecciones y en quien propone un capitalismo humano y descarbonizar: ¡Petro!
*Abogado ambientalista y comunicador.