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Escolaridad

“Todos los niños han nacido para aprender, pero nuestros sistemas, en lugar de aprovechar el potencial, parecían estar inhibiéndolos”.

Alex Beard*

Al hablar hoy de educación y ética debemos remontarnos a Edgar Morin y Adela Cortina, pero en un espacio tan corto trataré de exponer lo que en días pasados El Universal, El Tiempo y El Espectador intentaron demostrarnos con respecto a la educación de nuestros niños y jóvenes.

Lo que hoy propongo es que pensemos no en la educación per se solamente, si no enfrentar la escolaridad y la educación. Totalmente diferentes. La escolaridad es a la educación lo que la atención de enfermedades es a la salud. Se tiene salud desde el momento que nacemos hasta morir con un buen estilo de vida. Se tiene educación desde el momento de nacer, teniendo tanto un buen hogar donde prime el amor y no la violencia, hasta la socialización escolar.

El lunes 23 de mayo de 2022 el diario El Universal (https://bit.ly/CTGrezagadaedu) habla de inversión en “educación”, cuando uno lee entre líneas están hablando de infraestructura y “asistencialismo”. Y, remata al día siguiente nuestro director, ‘Educando para la pobreza’, como una conclusión a la falta de implantación de un plan, si no a la importancia de la trazabilidad de lo que debe ser educación (https://bit.ly/edupobreza).

Muchas veces la escolaridad se vuelve, por falta de recursos en las familias, en nidos de pandillas o delincuencia. Error. Las escuelas no deben ser patrimonio de intereses mezquinos ni lucha de poderes. Ser guía y maestro es una vocación inviolable y férrea en principios. Y, que debe trabajar directamente con los progenitores y tutores de los niños. Proverbio africano: ‘Para educar a un niño hace falta la tribu entera’, una sociedad educadora, nos transforma en una sociedad inclusiva.

En educación y salud, el principio fundamental es la accesibilidad tanto en la oportunidad como en la calidad. Repito, nace de la casa, de un hogar estable y familias con los mínimos vitales para tener los requerimientos de habilidades tanto duras como blandas. Con hambre nadie aprende; sin recursos no hay elementos; sin padres o abuelos, no hay transferencia de buenos comportamientos. Escolaridad es asistencialismo, educación es formación.

Julián de Zubiría (El Espectador mayo 17 de 2022) ( https://bit.ly/JdeZubiria) reclama a raíz del congreso mundial Unesco de la educación superior, que llegó el momento de repensar objetivos y finalidades de nuestra educación superior. Pero, con la tasa de deserción y de oportunidades, lo que debemos es poner a caminar un gran plan de familias y sociedad dirigida a nuestros hijos de 0 a 25 años. Que tengan vestido, comida y recursos técnicos, pero, sobre todo: amor.

En universidades humanas centradas en el docente y estudiante, tenemos que desarrollar muchísimas más competencias, que exigen tanto a la universidad, académicos y estudiantes generar empatías aun en las dificultades (El Tiempo mayo 30 de 2022 https://bit.ly/UniHumanas). Pero sin una educación básica, elemental y secundaria sólida no es la universidad la que puede desenredar los entuertos y corregir los problemas, podemos hacer lo mejor posible, pero se vuelve una labor titánica.

*‘Otras formas de aprender’, Alex Beard.

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