<img src="https://sb.scorecardresearch.com/p?c1=2&amp;c2=31822668&amp;cv=2.0&amp;cj=1">

Elecciones 2022

El domingo 13 de marzo tendremos nuevamente la oportunidad de ejercer nuestro derecho al voto y decidir colectivamente el rumbo que habrá de tomar la historia del país.

Infortunadamente, las ciudadanas y los ciudadanos que se dejen llevar a votar de la mano de las maquinarias políticas clientelistas estarán, como de costumbre, jugando un papel protagónico en la gran tragedia nacional. Quienes voten a ciegas y quienes cambien sus votos por dinero, una dádiva o la promesa de un beneficio personal, terminarán siendo tan solo tristes títeres utilizados por los corruptos para mantenerse anquilosados en el poder; serán cómplices de quienes se roban los derechos, el bienestar, la dignidad y el futuro de sus comunidades.

Y quienes no salgan a votar, quizá desde una cínica desidia o un cómodo escepticismo, inconscientemente estarán apoyando el triunfo de los de siempre.

Las elecciones de 2022 realmente presentan varias oportunidades de cambio que como ciudadanía tenemos el deber histórico de aprovechar.

Primero, porque podremos votar por un número muy diverso e interesante de caras nuevas que quieren cambiar la política tradicional desde la Cámara de Representantes y el Senado de la República. En lo personal, me genera mucha emoción y esperanza ver mujeres candidatas de la altura de Catalina Pérez (lideresa campesina) o Sandra Borda (académica activista). Así mismo, la lista del movimiento “Estamos Listas” representa un hito en la lucha de las mujeres por la inclusión política en la historia de Colombia.

Es importante que nos informemos muy bien sobre las candidaturas que vamos a apoyar, para que podamos ejercer el voto de manera responsable e inteligente (recordemos: no toda cara nueva representa un cambio real).

En segundo lugar, el 13 de marzo también podremos votar en las consultas para elegir las candidaturas presidenciales de varias coaliciones que buscan la configuración de una política menos anclada en los extremos de izquierda y derecha.

Además, la ciudadanía que vota en los corregimientos de las regiones más afectadas por el conflicto armado podrá hacerlo por las candidaturas de las Circunscripciones Especiales Transitorias de Paz. Ese cuarto tarjetón representa la oportunidad de por fin ejercer libremente la ciudadanía rural y transformar el destino de territorios históricamente expoliados por la política tradicional.

Estas elecciones son diferentes. Pensar bien qué vamos a marcar en los tarjetones es clave para que podamos conducir al país por una nueva senda de moderación, concertación e inclusión política.

Las opiniones aquí expresadas no comprometen a la UTB ni a sus directivos.

*Profesor del Programa de Ciencias

Políticas y RR. II., UTB.

Más noticias