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El reto

Se inicio el complejo y electoral 2022 deseando que la ambición de la esperanza siga derritiendo miedos, límites e imposiciones existentes por doquier, y fluya digna en la utopía del logro cotidiano del bien común, la victoria de los ecocéntricos, la paz con la naturaleza, la armonía y felicidad para que entre todas las especies ¡Salvemos el Planeta! y en especial a Cartagena.

Por encima de los que desean y hasta trabajan por el fracaso, estamos obligados a enfrentar extremismos, egos tóxicos, hacer treguas y potenciar lo que une porque favorece a la mayoría y conduce a solucionar los grandes retos que la humanidad y nosotros tenemos que afrontar. La batalla contra el hambre, la justicia social y ambiental, la descarbonización que exigen, además de deseo, grandeza y realismo; enfrentar el concentrador neoliberalismo y la privatización de lo público, la inequidad; con organización seguir construyendo democracia social en el país y en la ciudad, cumplir con los planes de desarrollo, tejer consensos, dinamizar la participación ciudadana y electoral por venir. Gritar menos y oírnos más, apostarle al cambio y a la solucionática.

Venga la crítica que trasciende el odio y conduce a verdades y victorias frente a conductas corruptas socializadas, violencias, garantismos insostenibles y privilegios que atentan contra el bienestar colectivo y los ecosistemas.

En el océano de informalidad y divisiones nadie, por ejemplo, puede oponerse a descontaminar, restaurar las Bahías y controlar los sedimentos que vierte el río. Hay unidad si el beneficio general prima sobre el negocio. Incluidos en el Atlas de Arrecifes hay que proteger los corales de Varadero y que repueblen de vida el gran cuerpo de agua. Al igual que toda la zona costera amenazada por la crisis climática y el nivel del mar claman protección.

Tenemos que derrotar la insensatez de seguir suicidándonos, rellenando y talando zonas de bajamar y los cerros. ¡No más!

Prometo no descansar en exigir a la Procuraduría liderazgo para lograr un acuerdo interinstitucional macro y acciones nacionales que contribuyan a vencer el status quo, al monstruo de los artilugios y defensa de lo indefendible, las complicidades y las infamias inmovilizantes. Imagínese: la Ley 62 de 1937 “vigente” ¡vergonzoso! El uso de la Ley 70 justificando la deforestación, ocupación y venta de zonas de bajamar. ¡Y Judith presa! dizque por vender una playa que allí está. ¡Infame!

Es hora de ponerle freno al delito, desborde, abuso, exceso de ricos y pobres. Mea culpa la incapacidad para vencer unos volqueteros y sus cómplices. Sin Fiscalía, investigación judicial, presos por falsedades notariadas y matrículas en el Codazzi; sin recursos para reubicación y ni compromiso sincero de los Consejos Comunitarios, sin censos, resulta imposible recuperar y reconstruir los ecosistemas. Y el reto es salvar a Cartagena y el planeta.

*Abogado ambientalista y comunicador.

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