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El POT y los manglares

Dicen que mucho nunca costó poco y se clarifica cuando se defiende lo público, entre otras, porque en lo ambiental para garantizar armonía debe primar el interés general sobre el interés particular, las leyes de orden público sobre el derecho alegado por el individuo.

Digo lo anterior porque ante la presión legal e ilegal que afecta y pone en peligro los ecosistemas y zonas protegidas por la zonificación de manglares que estructuró el POT hace 20 años, es tiempo de evaluarse socialmente y superarse a partir del concurso de todas las autoridades ante las afectaciones, tensiones, el agravamiento de la crisis global ambiental, la nueva normatividad y sentencias judiciales restauradoras, que exigen cambiar y adaptarnos a la Naturaleza.

Precisamente el secretario de Planeación, Juan David Franco, ha convocado a la ciudadanía a participar en la fase preparatoria para la formulación del nuevo POT, presentando proyectos que permitan su evaluación y discutir en conjunto los rumbos, protecciones y tiempos de ejecución de medidas que la ciudad requiere para enfrentar sus necesidades apremiantes, sus problemas ambientales, el aumento del nivel del mar y el hundimiento alertado en informes como el de Basic. Una primera fecha de entrega es el 31 de octubre.

Es muy importante construir esa nueva carta de navegación con la participación de quienes más conocen el territorio, porque lo viven, lo disfrutan y también padecen, habida cuenta de factores como el riesgo. En lo ambiental, para no sapientes, en la categoría de protección y recuperación se encuentran el Parque Corales del Rosario y San Bernardo –donde hay que incluir a Playa Blanca–, y las áreas de manglar del Distrito son:

“Todo el borde de la Bahía de Barbacoas con el delta del Canal del Dique y la costa sur de la Isla de Barú. Alrededor de las ciénagas de la Isla de Barú: Cholón, Mohán, Portonaíto y Vásquez. El borde este de la Bahía de Cartagena, incluyendo la costa norte de la Isla de Barú. El borde este de la Isla de Tierrabomba. Los bordes del sistema de caños internos conectados a la Bahía de Cartagena. Todo el borde de la Ciénaga de Tesca. Algunos sectores entre los Morros y Palmarito, alrededor de los cuerpos de agua, como la Ciénaga de las Ventas”

Abordar la zonificación y áreas de manejo exige valorar nuestra conducta ante las zonas de protección, de recuperación, productoras, especiales y mixtas, donde podrá evaluarse qué tanto el interés individual, desconociendo la función ecológica, han impuesto su ocupación multiestrato en estos 20 años.

Recuperación significa la resiliencia del ecosistema, no la mentalidad de Edurbe de usar una ley inexistente para escriturar lo público, vender, talar y rellenar, como van a hacerlo en El Cabrero y ante lo cual externo mi rechazo, indignación y acciones.

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