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El Parque del Centenario

Este es un llamado a la ciudadanía para que nos responsabilicemos con el cuidado de las obras que se entregan a la ciudad en beneficio de todos. No se puede actuar todo el tiempo con un resentimiento incubado que solo lleva a la destrucción de las estructuras sin pensar en todo lo bueno y positivo que puede resultar para nuestra salud física y mental este espacio de esparcimiento de manera sana y tranquila. Hacia los años 72 al 75 hice parte del equipo de Bolívar de básquetbol, que fundó y patrocinó una firma de ingenieros llamada Consulcar del Caribe, su dueño “cachaco”, cuatro de sus hijas mujeres, las Gómez, Libia Yolanda, Carmen Sofía, Barbarita Eugenia, María Cristina y tres de sus amigos o socios, no me recuerdo bien, las Mendoza, Doris, Diana, hacían parte del equipo que entre otras, eran miradas de reojo por los moradores por no ser de la costa, eran de una disciplina y tenacidad bien llevada, excelentes jugadoras, de ojos claros y cabelleras abundantes, el resto éramos costeñas, Astrid Barrios, Rosalba Morales, quienes representamos al departamento con orgullo y siempre con una sonrisa de oreja a oreja. Don Óscar nos llevó a soñar y tres veces a la semana religiosamente, con lluvia, con celebración novembrina, con fuertes brisas de diciembre, practicábamos en la cancha del Centenario desde las 6:00 p. m. hasta las 11:00 p. m. y el viejo Gómez, llamado cariñosamente por todas las chicas adoptivas, nuestro centinela, hacía bien la tarea hasta el final, después del entrenamiento, nos subía en su camioneta Ford y nos repartía hasta la puerta de casa, todas teníamos entre 14 a 17 años. Los dos días restantes y de 3:00 p. m. a 6:00 p. m., entrenaba el equipo masculino, el negro Paz (q. e. p. d.), Brieva, Amaury Estor (q. e. p. d.), César Sánchez, entre otros que a veces entre todos jugábamos. Hace apenas cuatro días, me encuentro con la grata sorpresa porque me conmovió mucho y me transportó a ese sitio icónico que marcó mi vida de recuerdos gratos, de entrega por mi departamento y de satisfacción personal, de la noticia de que restauraron el Parque del Centenario con un partido amistoso de baloncesto entre los equipos ‘Heroicos’ y ‘Kalamary’ en la reapertura del Parque en la modernización de alumbrado público, adecuación de canchas, muros, esculturas, la fuente y demás espacios comunes del parque.

El deporte, el arte, la lectura, son peldaños que nos ayudan a transformarnos y así trascender y ser para cada cual un líder en cualquier disciplina que colabora y multiplica con su ejemplo actos de valentía tan necesarios en nuestra sociedad que día a día reclama más oportunidades para el cambio real y cierto. No al vandalismo, no a la destrucción, hagamos escudo y coraza para proteger cada lugar por donde transitamos.

Es nuestra obligación.

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