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El eslabón perdido del crecimiento

El gasto de los hogares ha sido el verdadero motor de la recuperación económica creciendo hasta septiembre 14.8%, mientras la economía creció el 10%. En pesos corrientes el consumo de los hogares aumentó $94.6 billones en ese período, y $68.7 billones respecto de los 9 meses del año 2019. ¿De dónde sacaron los colombianos la plata para ese mayor volumen de gastos?

La pregunta es relevante porque el año pasado hubo 1.5 millones más de desempleados sin ingresos que en 2019, y además porque un 30% de los hogares no tienen ingresos suficientes para las tres comidas diarias.

Algunas explicaciones de economistas: el aumento de los precios internacionales del café y la devaluación le dieron a las 500.000 familias productoras del grano $1.5 billones de ingreso adicional. Las remesas del exterior aumentaron en ese periodo cerca de USD 2.000 millones, (unos $8 billones). Son parte de la explicación, pero solo representan un 10% del aumento de los gastos de los hogares.

Otra posible explicación es la caída del ahorro de los hogares. Según el Dane la tasa de ahorro de los hogares en 2021 fue de 2.2%, mientras que el año anterior había sido del 10.3%; inclusive en el trimestre julio septiembre de 2021 fue negativa en 0.2%. Una caída de tal magnitud no es usual ni tiene explicación lógica. “La naturaleza no da saltos”, decía Alfred Marshall, uno de los padres de la economía neoclásica.

Afortunadamente hay no economistas, que no recurren a tantas cifras pero sí a su observación de la realidad y plantean explicaciones que son tabú para los economistas. Por ejemplo, el leído columnista Felipe Zuleta escribió en su primera columna de este año, a propósito de la pregunta por el origen del mayor gasto en consumo: “¿De dónde viene toda esa plata? Parte, sin duda, del sector formal de la economía, pero otro tanto llega, creo yo, de cuatro fuentes ilegales, a saber: narcotráfico, contrabando, corrupción y minería ilegal. De no ser por estas actividades ilícitas, seguramente no estaríamos hablando de esta recuperación económica. Colombia, lamentablemente, se convirtió en la lavandería de dineros ilícitos más grande del mundo...”.

La explicación tiene mucho sentido. A pesar de los esfuerzos de erradicación de cultivos de coca, la producción de cocaína no ha disminuido. En parte por la resiembra y en parte por el aumento de la productividad, todo estimulado por la devaluación, pues ese es el producto de exportación que mejor responde a la tasa de cambio. Lo mismo puede decirse de la minería ilegal, que también se ha vuelto más rentable por el elevado precio internacional del oro.

No hay estudios recientes sobre el ingreso de dineros ilícitos a la economía, pero en las ciudades sí se ven muchos nuevos ricos sin explicación de sus ostentosos consumos distinta a actividades ilegales como las que menciona Zuleta. Este puede ser el eslabón perdido de la recuperación económica.

*Economista.

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