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El Dique: en manos de Gustavo Petro

Hoy, se inicia un nuevo gobierno en Colombia liderado por el presidente Gustavo Petro, y aunque son varias las tareas importantes por resolver, no hay duda de que la más urgente en materia medioambiental es la del Canal del Dique.

Es desalentador para los que entienden de la relevancia de este megaproyecto ver cómo las esperanzas de que sea una realidad se han ido acortando ante tantos peros y críticas, muchas de esas malintencionadas y sin nada concreto que no se pueda subsanar, sin tener que decirle adiós definitivamente o, hasta que ya sea demasiado tarde.

Es inconcebible que un proyecto que lleva más de 10 años estructurándose y más de 50 esperando por su ejecución, no pueda ver aún la luz al final del túnel. Sí, deja un sinsabor que la APP ‘Restauración de los Ecosistemas Degradados del Canal del Dique’ por 3,2 billones de pesos, haya contado con un solo proponente, en este caso la española Sacyr, a la que le han llovido todo tipo de cuestionamientos a última hora que llevarían al presidente de la ANI a ceder ante las presiones y dejar la adjudicación del contrato en manos del nuevo gobierno. Lea aquí: El aplazamiento

Dijo el director de la ANI que atendió la solicitud del equipo de empalme, pero para nadie es un secreto que hay gente poderosa interesada en que esto no se lleve a cabo y que ante la noticia se frotan las manos.

Son muchas las dudas que le quedan a uno para tratar de entender por qué pasó lo que pasó. “¿Qué puede haber detrás de esto?”, se preguntaba Germán Vargas Lleras en una columna de El Tiempo, donde criticaba no solo la fecha de adjudicación a pocos días de finalizar el gobierno Duque, sino a Sacyr, a la que le sacó a flote todos sus lunares, los que nunca encontró antes de posar para la foto en 2015 al lado del expresidente Juan Manuel Santos en la firma del contrato de construcción del puente Pumarejo en Barranquilla.

Hablando de Barranquilla, se notó además en esta última etapa una campaña mediática por aquellos lares en la que poco se hablaba de los beneficios de la obra, y mucho de los peros que se convertirían en el palo en la rueda. Qué bueno hubiese sido escuchar desde esa tierra vecina en esta etapa definitiva a la saliente ministra de Transporte, Ángela María Orozco, insistiendo en las bondades del la obra, vital para el desarrollo no solo de Bolívar, sino de la costa Caribe, ya que impacta positivamente a su departamento, Atlántico, y Sucre. Lea aquí: Solo ganadores

Por los lados de Cartagena me hubiera gustado que el alcalde de la ciudad, William Dau, rompiera su silencio antes y no ahora. Hay que recordar que se busca no solo controlar las inundaciones en las poblaciones ribereñas, mejorar la navegabilidad del canal, sino salvar a la bahía de Cartagena que en menos de 7 años puede quedar asfixiada.

De todas las quejas que ha tenido el proyecto, la que podría darle fin inmediato es si se comprueba que hay corrupción o si Sacyr no tiene capacidad financiera. Lo insólito es que Sacyr se acaba de quedar con la adjudicación del megaproyecto 5G de Buga – Buenaventura, y Duque firmó con la alcaldesa Claudia López la bobadita de 34,9 billones para construir la Línea 2 del Metro en Bogotá. Como me dijo un amigo: “Sí hay gobierno con competencia hasta el 7 de agosto para Bogotá, pero no para la provincia; y Sacyr es buena para Occidente pero no para el Norte. Nosotros somos, gracias a los intereses de algunos empresarios foráneos, la patria boba”. Lea aquí: ¿Quién entiende?

La adjudicación se aplazó para el 12 de agosto, es decir, Petro tiene menos de una semana para decidir: su gran primera prueba de fuego, o de agua, en este caso.

*Periodista. Magíster en Comunicación. Twitter: @javieramoz. Correo: jramos@eluniversal.com.co

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