Según la Unesco, cultura es el conjunto de rasgos distintivos, espirituales, materiales y afectivos que caracterizan una sociedad o grupo social, incluyendo además las artes y las letras, modos de vida, derechos fundamentales del ser humano, sistemas de valores, creencias y tradiciones. En coherencia, la cultura ciudadana representa las costumbres de vida cotidiana, identifica a las personas con elementos comunes de identidad en escenarios y espacios donde interactúan, por tanto, marca diferencias entre un lugar y otro. Cuando decimos que en Cartagena no hay cultura ciudadana, ignoramos nuestras costumbres, al parecer, nos disgustan nuestras propias costumbres, sin embargo, casi siempre, somos capaces de observar y hasta censurar lo que hace el otro, ignorando que nosotros también hacemos lo mismo.
Algunos hablan de incultura, para censurar nuestras costumbres, otros agregan calificación de bueno o malo, en vez de analizar el impacto de las costumbres ciudadanas en el desarrollo socioeconómico sostenible de la región habitada, de ahí la diferencia entre habitante y ciudadano, mientras el habitante se cuenta, el ciudadano sí cuenta.
Muchos reconocemos a Mockus, como un maestro de cultura ciudadana, a pesar del tiempo, distancia y diferencias de lugar, desde Bogotá a Cartagena, existen seis elementos de aprendizaje sobre el programa Mockus: 1. La participación de todos. 2. Coherencia entre la teoría y la práctica. 3. La pedagogía como conector de la educación ciudadana en busca de transformación social. 4. La legislación es el principio, pero no es suficiente. 5. Más motivación y menos sanción. 6. El divorcio entre la ley, la moral y la cultura.
La legislación de orden nacional existe, pero el divorcio entre el papel y el cumplimiento del papel, es real, la Resolución de Minambiente No. 2184 de 2019, adopta un nuevo código de colores y la obligación desde el 1 de enero de 2021, de separar desde nuestras casas los residuos sólidos generados, pero en agosto de 2022, los basureros satélites de Cartagena van en aumento.
En contraste, el divorcio entre el dinero y la pobreza, es real. Sigue vigente, la caricatura publicada por este diario el 13 de agosto de 2013, en la cual leímos: Si la basura es dinero y la gente no lo sabe, entonces eso significa que ¿en Cartagena somos asquerosamente ricos? Finalmente, el divorcio entre las sociedades civil y gubernamental es real, porque solo el trabajo articulado permite una gestión pública direccionada a la transformación social de las personas.
*Profesor Universidad de Cartagena.