La incertidumbre política y económica han contribuido al deterioro en los indicadores sociales, la pobreza, la desigualdad y el empleo informal vienen en aumento. La inflación alcanzó un 4.33% a septiembre de 2021 superando la meta establecida por el Banco de la República, lo que influyó para que subieran las tasas de interés. Sin embargo, el crecimiento económico durante el tercer trimestre fue de 13,2%, y de un 10,3% en los primeros nueve meses del año según el Dane.
Los resultados de sectores económicos como el industrial, comercio y servicios que influyeron en el incremento del PIB durante el tercer trimestre son un llamado a mantener el optimismo moderado para el último trimestre del año; por la temporada se crearán nuevos puestos de trabajo en la modalidad temporal que ayudarán a generar ingresos y a “aumentar” el consumo en muchos hogares. El empleo formal aún no se recupera totalmente, un importante número de puestos perdidos durante la etapa más dura de la pandemia no han sido retomados.
Normas que no están en concordancia con el actual entorno en material laboral inciden y dificultan el empleo formal. Se deben derribar las barreras que no favorecen la generación de empleo; siguen en deuda la reforma laboral y pensional para afianzar entre otras cosas una regulación que favorezca el trabajo decente y garantice una vejez digna en materia de ingresos a quienes adquieran el estatus de pensionados.
El impacto de la pandemia debilitó las finanzas públicas y el buen desempeño que traían las organizaciones empresariales. A nivel central y territorial el flujo de recursos por impuestos, tasas, multas y gravámenes no ha sido el mejor, los recaudos se han visto afectados, y por el lado del gasto la destinación hacia el sector salud no ha dado espera. La mayor exposición a riesgos que ha tenido el aparato productivo ha incidido en las relaciones económico – sociales, predominando el factor tecnología con sus diferentes aplicaciones y usos.
El encarecimiento de insumos y productos terminados pasa factura. Los bienes importados de alta demanda son los que muestran mayor incremento, los precios de alimentos y mercancías al alza y las pérdidas que pueden estar enfrentando los transportadores de carga hacen parte del panorama que se vive en los principales puertos del país. Los mercados internacionales vienen sintiendo los efectos de los vaivenes en la economía mundial. En Europa hay escasez de mano de obra, y todo puede agravarse por la cuarta ola de la COVID-19; el aumento de casos por contagios en Alemania son la prueba fehaciente.
Si no se toma conciencia social y se es responsable con el autocuidado y obedientes con los esquemas de vacunación podemos vernos enfrentados a un retroceso.
