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Construir ciudadanía

Ayer se desarrollaron las elecciones para renovar los dignatarios de las Juntas de Acción Comunal (JAC). La que debería ser la segunda elección más importante en la ciudad, pasó desapercibida para miles de ciudadanos y en algunos barrios la votación fue mucho menor de la que se esperaba. Esto debe propiciar diferentes reflexiones, pues estas entidades que hacen parte del sector público, se deben fortalecer.

Existen diferentes razones para consolidar las Juntas de Acción Comunal, como es por ejemplo su origen, de la misma comunidad, desde abajo. Su carácter de utilidad común, el no poder asumir funciones distintas de aquellas que le asigna la ley y, por lo tanto, es previsible que no puedan desviarse a otras funciones asociadas con mecanismos de poder o control más allá que el de representar a sus ciudadanos, pero en particular que ellas deben ser una escuela de aprendizaje de lo social-comunitario; y en especial destacar el papel que jueguen en los procesos de construcción de ciudadanía.

Ya está demostrado que la gran mayoría de las funciones y comportamientos sociales deben ser aprendidos y por ello, deben ser enseñados por alguien. Una de las críticas hechas a la Constitución Política de 1991, con su énfasis de propiciar la participación como un derecho fundamental y cambiar las prácticas tradicionales de la ausencia de ciudadanía en todas las decisiones que le competen, fue que no estableció mecanismos que hicieran obligatorio el aprendizaje de lo que se esperaba, de la participación; de modo que para muchos observadores, la intención de masificar procesos de participación ciudadana, se quedaron en el papel.

Una de las tantas prioridades que tenemos en la ciudad es la de transformar las prácticas asociadas con la participación y la representación social y comunitaria, y creemos que tal vez el mejor instrumento para ello es fortalecer las acciones comunales. Estas se encuentran en todos los barrios, desde Castillogrande hasta El Pozón, corregimientos y veredas, involucra los intereses directos e inmediatos de los ciudadanos y a partir de sus comités pueden ser una óptima escuela para aprender lo que es la participación y en especial lo que es la ciudadanía. Por qué no esperar de la administración distrital, de fundaciones privadas y empresariales, de universidades y gremios, una acción conjunta o individual orientada al fortalecimiento de las acciones comunales, dirigidas a propiciar nuevos liderazgos, a que sus miembros comprendan las competencias de transformar su propio entorno, en hacer visible la democracia desde lo más cercano a cada ciudadano; entre otras, a comprometerse a cambiar el escenario de las JAC y apoyar la construcción de una nueva ciudad.

*Sociólogo

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