El documento del padre Francisco De Roux, de la Comisión de la Verdad, es un informe revelador de la tragedia que padeció Colombia en los últimos decenios. Años en que la violencia inusitada mostró cifras de asesinatos infames contra los campesinos y las gentes humildes de Colombia. Entre los años de 1985 y 2018 hubo 450.664 víctimas. Así mismo de 1985 y 2004 mostró una cifra semejante. Los victimarios principalmente fueron los grupos paramilitares, una cifra menor la ocasionó la guerrilla, agentes del gobierno, 56.094 víctimas; pero fueron los grupos paramilitares, los actores de la muerte principalmente, las Farc, el 24 por ciento; agentes estatales, el 8 por ciento. La violencia se hizo evidente en Antioquia, Valle, Meta, Bogotá y Norte de Santander con participación de los paramilitares, las Farc y el Eln.
Esos grupos paramilitares y narcotraficantes no solo ejercían su poder en departamentos como Antioquia, Valle, Meta, Bogotá y Norte de Santander, si no que tenían representación en la Cámara de Representantes. Fue esa precisamente la campaña contra el paramilitarismo del representante Gustavo Petro Urrego, quien mediante debates en las cámaras legislativas logró denunciar a esos paramilitares con credenciales de congresistas que posteriormente pagaron en la cárcel su crimen. Debemos agregar las desapariciones forzadas de 121.768 personas entre 1985 y 2016.
Los secuestrados entre 1990 y 2018 alcanzaron la cifra de 50.770 que ejecutaban las Farc, los Paramilitares y el Eln. Los desplazamientos forzados muestran cifras en Bolívar de 631.276 víctimas, superado por Antioquia. En todo el país los casos informados fueron de 7’752.964. Este informe se altera al arbitrio de fuerzas contrarias, lo cual es una flagrante ofensa a la justicia.
En la memoria, para la historia quedaron las imágenes del padre De Roux cuando realizó la entrevista en una finca de Córdoba, al entonces beligerante dirigente del Centro Democrático, Álvaro Uribe, quien con gesto altanero respondía a las preguntas reposadas y equilibradas del sacerdote, mientras que un hijo de Uribe le soplaba tras bambalinas algunas respuestas a su padre.
Fue importante el informe del padre De Roux, porque él representa las más altas calidades humanas e intelectuales de una sociedad que quiere estar alejada de las matanzas y las acciones de la violencia criminal y antihumana, que por tanto tiempo han sometido a los colombianos, precisamente comenzando por los más humildes.
COLETILLA: El presidente Gustavo Petro Urrego reafirmó la importancia de continuar implementando la paz en todo el territorio de Colombia. Acogiendo los informes de la Comisión de Paz, debido a los principios éticos y a la honestidad allí expuestos.
*Exdirector de El Universal. Académico
de Medicina e Historia.
