Se confirman los dos primeros casos de la variante ómicron en Cartagena; era de esperarse por ser una ciudad turística y debido a la temporada decembrina la llegada de extranjeros se convierte en factor de riesgo. COVID y dengue persisten. ¿Se están tomando las medidas de prevención contra la nueva variante para evitar mayores contagios? ¿Los cercos epidemiológicos son suficientes?
Existen aspectos de la variante ómicron que se desconocen, aunque la capacidad de mutación del virus está comprobada, y es lo que viene poniendo a prueba la funcionalidad de los laboratorios en la elaboración de vacunas y refuerzos de las mismas que puedan hacerle frente. Hay evidencias del alto potencial de contagio que tiene la variante ómicron, y la resistencia que puede mostrar a las vacunas disponibles actualmente.
¿Qué planes de manejo especial y control se tienen diseñados para combatir el dengue en las localidades donde más casos se vienen presentando?
Las actuales condiciones del sistema de salud: centros de salud, clínicas y toda la red hospitalaria en Cartagena se convierten en detonantes de angustias y temores para toda la población. ¿Se evalúa periódicamente el resultado de los indicadores entomológicos para la vigilancia del vector Aedes aegypti? El dengue les quitó la vida a niños que no tuvieron la posibilidad de ser atendidos en forma oportuna y por especialistas idóneos en la detección temprana y tratamiento de los síntomas que venían presentando. Si estuvieran en funcionamiento los centros de salud sin terminar en diferentes barrios tendríamos menores casos que lamentar.
Inseguridad desbordada. La delincuencia en todas sus modalidades ha ido ganando espacios no solo en barrios periféricos, también en plazas y sitios emblemáticos de visita para turistas nacionales y extranjeros; la embajada de Estados Unidos volvió a alertar a sus nacionales los peligros que corren al visitar Colombia, específicamente la región Caribe. Cartagena y Santa Marta por sus paisajes naturales atraen alto número de turistas de todas las nacionalidades; la imagen de destino turístico seguro que cumple normas y protocolos de bioseguridad no se puede poner en entredicho.
Ser contundentes con la delincuencia. Brindar protección no solo a turistas y visitantes, a los residentes se les deben garantizar entornos seguros. Prevención y acción es el camino para no llegar a situaciones que terminan alterando el orden público y la sana convivencia. La protesta social no puede ser desconocida por las autoridades; lo que no es aceptable es la exposición al virus por las aglomeraciones, los bloqueos y traumatismos que ocasionan los manifestantes con sus reclamos al exigir sus derechos.
Por todo lo que representa Cartagena a nivel nacional e internacional más que un alcalde, se necesita un gerente que pueda generar cambios y enderezar el rumbo que está llevando la ciudad.