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Agua para el desierto

Garantizar el acceso al agua en la Guajira no debe quedarse en un simple sueño sino en un esfuerzo que convoque a todo el Estado, el sector privado y la ciudadanía misma. No es un secreto que la falta de agua es una deuda histórica con este departamento, un territorio tan complejo geográficamente como rico culturalmente. No obstante, ha habido avances significativos que, aunque importantes, no deben ser razón para conformarse.

Desde siempre, las comunidades que se ubican en zonas áridas han sufrido las inclemencias derivadas de la carencia de agua. Por supuesto, esto trae consigo el reto de diseñar soluciones creativas, eficientes y sostenibles para resolver los problemas de abastecimiento para consumo humano y usos agropecuarios. Por eso, el Gobierno Nacional creó la estrategia Guajira Azul, una iniciativa que busca mejorar las condiciones de vida de los guajiros a través de soluciones de acceso al agua y saneamiento básico.

Guajira Azul tiene por objetivo aumentar la continuidad del agua en zonas urbanas del departamento de 9 a 16 horas al día, aumentar la cobertura del 4% al 70% en zonas rurales e incrementar la continuidad del servicio de acueducto en zona urbana de 9 a 16 horas diarias. Adicionalmente, se espera triplicar la población con acceso a agua apta para el consumo humano, pasando de 26% a 86% y aumentar la población cubierta con tratamiento de aguas residuales de 24% a 68%. Esto se logrará con el trabajo articulado entre el sector público, privado y la comunidad, a través de más de 128 intervenciones con un enfoque de sostenibilidad y diferenciado por regiones: Alta y media, Riohacha y Sur de la Guajira.

La estrategia prevé una inversión que supera los $400.000 millones en el período 2018-2022, con aportes del Gobierno nacional, la banca multilateral, el sector privado y recursos de cooperación internacional. Si bien la emergencia sanitaria del COVID-19, sumada a los estragos de la ola invernal, han retrasado los cronogramas, ha habido una fuerte determinación para sobreponerse a las dificultades y llevar a buen puerto las obras. No puede ser de otra manera: cuando se trata de mejorar la calidad de vida de quien más lo necesita, ningún esfuerzo debe ahorrarse.

Precisamente, en el marco de Guajira Azul, uno de los proyectos que más alto impacto generará es el de la construcción y mantenimiento de jagüeyes, un económico y creativo método de recolección, almacenamiento y distribución del agua de lluvia que se ha practicado desde tiempos inmemoriales, que contribuye en usos pecuarios y a satisfacer la demanda de agua del ganado, especialmente durante la época de estiaje. Entre las ventajas que ofrece esta alternativa es que son estructuras de bajo costo, con un horizonte de recuperación de inversión de uno a dos años, mejoran la eficiencia en el uso de agua de lluvia, no requieren consumo de energía adicional, el agua almacenada se distribuye por gravedad y de manera controlada, y los materiales necesarios son adaptables a las condiciones particulares de cada sitio.

Con la suma de esfuerzos del Gobierno Nacional, por medio del Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, Enel, Acdi/Voca y el Ejército Nacional, a través del Comando de Ingenieros Militares y sus Batallones de Ingenieros N.° 2 General Francisco Javier Vergara y Velasco y N.° 10, General Manuel Alberto Murillo González, este año se acordó la construcción y rehabilitación de 16 jagüeyes, de los cuales ya fueron terminados 7. Con estas obras se beneficiará a más de 3000 personas de 22 comunidades wayuú ubicadas en la alta Guajira, específicamente en el área de influencia de los parques eólicos Chemesky y Windpeshi, y se permitirá el fortalecimiento económico, social y cultural de estas etnias colombianas que se habían visto afectadas por la falta de abastecimiento de agua.

Como ya se ha apuntado, el agua almacenada en los jagüeyes es apta para el riego de cultivos y otras necesidades como lavar platos o ropa, bañarse o darles agua a los animales. Para el consumo humano se han puesto a disposición Pilas Públicas con agua potable, también en el marco de la estrategia Guajira Azul. Se trata de pasos firmes para saldar una deuda histórica con un territorio tan ancestral como este.

En un país con una riqueza hídrica como la nuestra, es un acto de justicia garantizar el acceso al agua y saneamiento básico a cada persona que habite nuestro territorio nacional. Con el empeño y decisión de la comunidad, la fuerza pública, el Gobierno Nacional y los gobiernos locales, el sector privado y la cooperación internacional, haremos realidad este sueño de hacer que el agua corra por el desierto.

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