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A lo hecho pecho

En Colombia probablemente no hay ego político más grande que el de Álvaro Uribe, sustentado en sus siete años de aciertos como presidente, y otros tanto como honorable senador. Pero nuestro gran presidente se viste con una terquedad inquebrantable. Ya haber elegido a Santos como su sucesor, con todas las consecuencias de su traición para que él obtuviera un acomodado Nobel, fue una de sus grandes terquedades políticas. Pero, a lo hecho, pecho.

Cuando los del “así no” ganamos el plebiscito, era la voz del pueblo soberano la que se expresaba en las urnas, fue un margen estrecho, pero triunfo al fin y al cabo, y no para que se diera una revancha, sino para que las Farc agacharan la cabeza. Pero fue Uribe quien tomó la iniciativa para ir a reunirse con su traidor, para reacomodar un acuerdo de paz en el que pocos creíamos. Esto derivó luego en cambios de forma y no de fondo y una nueva traición. Pero, a lo hecho, pecho.

En las elecciones para la Alcaldía de Bogotá del año 2019, una estrecha competencia ponía a Miguel Uribe, Juan M. Galán y la beligerante Claudia López con posibilidad de alcanzar la Alcaldía de Bogotá, con esta última aventajando a los otros dos. Hubo regateos y conversaciones entre los bandos de centro derecha buscando ganar los últimos votantes a sus respectivas campañas, pero la única campaña que parecía ganar en la opinión pública era la hipotética alianza entre Galán y Miguel Uribe para derrotar a López. El esperado guiño de Álvaro Uribe no llegó, y los tres se lanzaron a esperar los resultados. Claro, les ganó Claudia López. Pero, a lo hecho, pecho.

Las elecciones presidenciales del 2022 serán las más concurridas de toda nuestra historia, con una población más consciente no solo del presente sino del futuro que queremos para la nación. La competencia está complicada para los amigos de la economía de mercado, frente a Gustavo Petro, que ya hizo un desastre de Bogotá durante su alcaldía. Divididos, como lo dijo Salud, los del centro derecha no van a llegar muy lejos, mientras las ideas y creatividad comunistas del candidato de izquierda florecen a punta de torcer y manipular las mentes de los más débiles. El momento necesita mucha entereza y más cálculo.

He escuchado que “el agradecimiento es la memoria del corazón”, sabias palabras. Ojalá retumben ahora en el ego del gran presidente, para que devuelva a tanto país todo ese aprecio que le tenemos y salve el momento dando un paso de gallardía. Todos estamos esperando una renovación política y de idónea gobernanza, pero nadie está esperando que para ello tengamos que soportar una reinvención del modelo económico. De repetir las indecisiones del pasado, me pregunto si habrá todavía pecho para los hechos luego de un factible triunfo de Petro.

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