La pareja del atacante de Cristina Fernández de Kirchner, Brena Uliarte, envió un mensaje a su amiga Agustina Díaz, detenida desde el miércoles, en el que aseguraba que había mandado a matar a la vicepresidenta argentina.
“Mandé a matar a Cristina, no salió porque se metió para adentro”, dice un mensaje de WhatsApp que Uliarte mandó a Díaz el pasado 27 de agosto, cinco días antes del ataque, según reza el expediente judicial de la detención de Díaz --la tercera persona bajo custodia policial del caso--, según informó la agencia Télam.
Ese mismo día, Uliarte aseguró a Díaz que se convertiría en “San Martín”, ya que iba a actuar para que mataran a la expresidenta de Argentina.
“Mandé a matar a la vice Cristina. No salió porque se metió para adentro. Una bronca te juro la tenía ahí. Los liberales ya me tienen re podrida yendo a hacerse los revolucionarios con antorchas en Plaza de Mayo. Basta de hablar, hay que actuar. Mandé un tipo para que la mate a Cristi (sic)”, relató Uliarte, según recogió ‘Clarín’.
Las conversaciones en ese tono habían comenzado tiempo antes del intento de magnicidio del 1 de septiembre, y se prolongarían hasta después que el brasileño Fernando Sabag Montiel empuñara el arma contra la cabeza de Fernández de Kirchner y la bala no saliera. Lea: ¿Quién es el hombre que intentó dispararle a Cristina Fernández?
“Che, pero que onda que falló el tiro? No practicó antes o le falló la adrenalina del momento? Vos dónde estás? No sería conveniente que vayas a tu casa? (sic)”, le preguntó Díaz a Uliarte el 2 de septiembre, después del ataque fallido contra la vicepresidenta.
Las conversaciones entre Brenda Uliarte y Agustina Díaz, imputadas por el intento de asesinato a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, revelan que habían planificado el atentado y que habían fracasado en un intento anterior.
Fernández fue atacada el 1 de septiembre en las inmediaciones de su vivienda en Buenos Aires, cuando saludaba a un grupo de seguidores. El asaltante, Fernando Sabag Montial, apretó el gatillo de una pistola a escasos centímetros de la cara de la vicepresidenta, pero ésta no se disparó.
