Las celebraciones de Año Nuevo se extendieron por todo el mundo, dando la bienvenida a 2023 con cuentas regresivas y fuegos artificiales, y marcando el final de un año que trajo la guerra a Europa, un nuevo capítulo en la monarquía británica y la preocupación mundial por la inflación. Lea: Las 10 noticias que marcaron el mundo en 2022
El nuevo año comenzó en el diminuto atolón de Kiribati, en el Pacífico central, y luego atravesó Rusia y Nueva Zelanda, cruzando los husos horarios, para después adentrarse por Asia y Europa.
En la emblemática Times Square de Nueva York, la bola descendió mientras una multitud realizaba una cuenta regresiva de los segundos que quedaban para entrar en 2023, que culminó con sonoros vítores y una lluvia de confeti que brillaba entre pantallas gigantes, neones, luces y calles mojadas.
En Australia, más de un millón de personas colmaron el malecón de Sídney para presenciar una celebración de miles de millones de dólares basada en temas de diversidad e inclusión. Más de 7.000 fuegos artificiales fueron lanzados desde lo alto del puente de la bahía de Sydney y otros 2.000 desde la cercana Casa de Ópera.