Un consorcio de empresarios bolivianos de la agroindustria anunció el domingo que gestiona la compra de San Cristóbal, la mayor mina de Bolivia que está en manos de la japonesa Sumitomo.
“Estamos en la fase final con los actuales propietarios”, dijo el domingo en conferencia de prensa Luis Fernando Barbery, presidente de la Corporación Unagro (Unión Agroindustrial de Cañeros).
Barbery, quien también preside la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, señaló que no podía dar mayores detalles porque existe un acuerdo de confidencialidad, aunque aseguró que se cumplirá con todos los compromisos de la empresa Sumitomo.
La empresa minera no se había pronunciado de momento sobre el asunto.
San Cristóbal está situada a 500 kilómetros al sur de La Paz, en la región de Potosí. Es una de las minas a cielo abierto más grandes del mundo y sus ventas al exterior de zinc, plomo y plata constituyen cerca de la mitad del total de las exportaciones mineras del país andino.
Barbery aseguró que entre los empresarios que se unen en la incursión minera están entendidos en el tema y que son parte de la región de Potosí. Agregó que buscan que la empresa continúe con sus labores hasta 2050, en referencia a que Sumitomo tenía previsto operarla hasta 2024.
Actualmente la mina tiene más de 1.500 empleados. En 2014 la firma pidió al gobierno boliviano que aclare las condiciones para continuar invirtiendo en el país ya que la empresa informó que invirtió 1.800 millones de dólares.