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EE.UU. admite crisis en suministro por ataque a oleoductos

Colonial Pipeline, que transporta un 45% del consumo de combutibles en la costa este, espera reanudar totalmente la distribución para el fin de semana.

El gobierno de Estados Unidos admitió este martes que se enfrenta a una crisis en el suministro de combustible en ciertas zonas tras el ciberataque contra la mayor red de oleoductos del país, pero aclaró que no hay escasez de gasolina.

Por eso, la administración de Joe Biden ha pedido a los consumidores que no acumulen carburantes y a los vendedores que no aprovechen este momento para especular.

“No es que tengamos una escasez de gasolina, es que tenemos una escasez de suministro. Las cosas volverán a la normalidad pronto”, afirmó la secretaria de Energía, Jennifer Granholm, en una conferencia de prensa en la Casa Blanca.

Granholm intentó calmar así los temores a un desabastecimiento después de que Colonial, la empresa que proveé el 45 % del combustible que se consume en la costa este estadounidense, interrumpió sus operaciones tras haber sido objeto de un ciberataque mediante un “ransomware”, un programa que bloquea el acceso a la información a cambio del pago de una recompensa para liberarlo.

“Sabemos que tenemos gasolina, sólo tenemos que llevarla a los lugares correctos”, insistió la responsable de Energía del gobierno de Biden, quien explicó que los estados más afectados son Carolina del Norte, Carolina del Sur, Tennessee, Georgia y Virginia.

Granholm anticipó que para el cierre de los mercados del miércoles Colonial tomará una decisión con respecto al reinicio del bombeo a lo largo de los 8.850 kilómetros de oleoductos que opera, aunque en todo caso confesó que pasarán unos días antes de que la red vuelva a estar en funcionamiento.

La administración Biden, que ha levantado las restricciones al transporte de combustible por carretera y otras ambientales para facilitar el suministro, está evaluando medidas para ampliar la distribución de combustibles por vía marítima y férrea, según dio a conocer la Casa Blanca.

Los expertos han advertido que de persistir la paralización de actividades los precios de los combustibles podrían alcanzar niveles no vistos desde finales de 2014.

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