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Alemania comienza otra era con Scholz, sucesor de Merkel en el poder

El social demócrata reemplaza a Angela Merkel en la Cancillería. Logró alianza de Gobierno de tres partidos.

Olaf Scholz, el político nacido en la ciudad de Osnabrück y líder del ala más conservadora del Partido Social Demócrata, tocó la cima del poder en Alemania al convertirse en el noveno canciller de la historia de la potencia europea, en reemplazo de la icónica Angela Merkel.

A sus 63 años, el abogado fue investido para liderar la Cancillería, el máximo cargo en el gobierno alemán, en una sesión en el Bundestag (parlamento) en la que ratificó una alianza tripartita para una administración en coalición.

Scholz formó una pacto entre su partido, los verdes y la izquierda, acuerdo que suma 416 de los 736 escaños del legislativo. Esas colectividades tendrán ministerios dentro de su Gobierno, distribuidos de manera equitativa, con el fin de consolidar una administración conjunta que marca el fin de la era de Merkel.

La ahora excanciller, con la promesa de que no hará política y la apremiante necesidad de un descanso tras 16 años en el cargo, se convierte en un capítulo de la historia de Alemania que llevó al país a la cúspide de la diplomacia global.

La científica de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) fue la octava en ocupar ese puesto, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, la única mujer que ha estado allí y quien llegó a la edad más temprana a la Cancillería, cuando tenía 51 años,

Merkel terminó gobernando durante cuatro periodos. Sin embargo, no tiene el récord de ser la más longeva en el poder, pues su padrino político, Helmut Kohl, estuvo por más tiempo en ese rol.

La nueva era del país, en manos de Olaf Scholz, echó raíces en el gobierno de la excanciller: el social demócrata fue ministro federal de Trabajo durante su primer periodo y ministro de Finanzas y vicecanciller desde marzo de 2018. Empero, no se trata de una continuidad porque el candidato de la CDU, Armin Laschet, se quedó sin posibilidades de formar alianzas.

Ante la inminente investidura de Scholz, las últimas semanas de Merkel en el cargo fueron una suerte de gobierno en equipo, tiempo en el que tomaron las decisiones en conjunto y posaron juntos ante el lente de la prensa internacional, dejando ver la apariencia de una transición dialogada.

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Dos liderazgos, una Alemania

Angela Merkel creció en la Alemania Oriental cuando el país estaba dividido entre el bloque comunista y capitalista por la Guerra Fría y el Muro de Berlín. Estudió física, pero emprendió una carrera en la política que terminó con el balance de 21 años en el Bundestag.

Como apoderada de la agenda de la Unión Europea, apeló al diálogo, la mano amiga con la migración y la defensa de los valores comunitarios. En su mensaje de despedida pidió a los políticos intentar ver el mundo con los ojos del otro, tener en cuenta las perspectivas opuestas y buscar equilibrio entre los intereses.

La excanciller enfrentó tres crisis: la del euro en 2010 con su posterior descalabro económico, la migratoria de 2015 y la del covid-19 en 2020, una batalla que no terminó de ganar. Ahora será Scholz el encargado de pasar la página de la pandemia.

Él empezó su carrera política en las juventudes social demócratas, trabajó como abogado laboral y consiguió su primer cargo público en 1998 al llegar al parlamento por Hamburgo. Su estancia en el legislativo se extendió hasta 2011, cuando ganó las elecciones por la alcaldía de Hamburgo y se quedó allí por siete años, para luego enfilarse en la última administración de Merkel.

Como encargado de las finanzas de Alemania, fomentó la creación del impuesto mínimo global a las grandes empresas, una gestión que ahora está en manos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que implementará ese gravamen mundial en los próximos años.

Diplomacia, la tarea

Alemania es una ficha clave de la Unión Europea, el G7 y la OTAN. Merkel tomó las banderas del bloque de los 27 junto al presidente de Francia, Emmanuel Macron, pero la capacidad de conciliar de la excanciller le dio un papel protagónico.

Ella interpeló a Donald Trump en la cumbre del G7 de junio de 2018, cuando el republicano marcó distancia del acuerdo conjunto de las potencias, instó a Europa a recibir a los refugiados en 2015 con la crisis migratoria de Siria y fomentó la distribución global de vacunas contra el covid-19, una diligencia que sigue siendo inequitativa.

A pesar de esto, Merkel rechazó la propuesta de levantar las patentes de las inmunizaciones para ampliar el acceso a las fórmulas anticovid. Scholz habla de aumentar la capacidad de producción para mejorar el abastecimiento global, teniendo en cuenta que continentes como África tienen una tasa de vacunación cercana al 3%.

Sobre el rol de su nación como territorio de acogida de los refugiados, el canciller considera que “tenemos una responsabilidad hacia aquellos refugiados que encontraron protección en otras partes del mundo. Falta ocuparnos de qué sucede cuando están en un país vecino, tanto en la política europea y como en la alemana, (...) Debe haber mejores políticas de integración y debemos corresponsabilizarnos”, expresó en una entrevista con la DW, cuando era candidato.

El canciller cree que es momento de ampliar la integración europea y destaca que “Merkel ha dominado el arte de sentarse y esperar antes de decidir”.

El primer asunto en la agenda internacional de Scholz es la crisis en las relaciones diplomáticas con Rusia, por la aparente intención de ese país de invadir Ucrania en 2022, según ha dejado ver la información de inteligencia de la Casa Blanca.

El vínculo entre Alemania y Rusia tiene un factor que hace más delicado el cronograma: entre ambos países se está construyendo un gasoducto que abastecerá de ese hidrocarburo al país, una obra no falta de polémicas en los últimos años.

Renovación interna

Olaf Scholz llega a la Cancillería con un gabinete paritario y conformado por ministros de tres alas ideológicas cercanas, pero diferentes. Entre esos nombres está el de Karl Lauterbach, quien es el nuevo ministro de salud. El epidemiólogo es de las voces que apela por medidas más estrictas para enfrentar la pandemia.

En la política interior, el canciller habla de lograr una economía más ecológica, aumentar la capacidad de producción energética para apostar por la expansión de las energías renovables, detener el uso de combustibles fósiles y enfrentar el cambio climático, para así consolidar “el mayor proyecto de renovación industrial que ha emprendido Alemania en 100 años”.

También habla de aumentar el salario mínimo desde nueve euros por hora a 12 euros y fortalecer los sectores de la economía en los que la fuerza laboral de las mujeres es protagonista.

Los tres ministros claves

El nuevo Gobierno tripartido alemán, liderado por el socialdemócrata Olaf Scholz, tomó posesión este miércoles con una ecologista como primera mujer al frente de Exteriores, Annalena Baerbock (verdes); un superministerio de Economía y Clima, Robert Habeck (verdes); y las Finanzas a cargo del líder de los liberales, Christian Lindner. Los tres son claves para el nuevo gobierno, pues representan a sus colectividades de origen y potencian un mandato que, según el propio Scholz, busca adaptarse con prontitud a los retos de la pospandemia del covid.

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