Una puma que fue incautada por las autoridades colombianas en Bogotá se recupera y se espera que pronto vuelva a su hábitat natural, tras haber sido hallada en unas condiciones precarias, en mayo pasado, en una vivienda privada del norte de la ciudad, informó hoy la Alcaldía de la capital.
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“Estamos muy contentos y esperanzados con el proceso de recuperación de la puma hembra que recuperamos de una familia en mayo”, expresó la secretaria de Ambiente de Bogotá, Carolina Urrutia.
El animal, una puma concolor, fue recuperado el 26 de mayo en una vivienda del norte de Bogotá y trasladado al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre de la capital colombiana para comenzar su proceso de rehabilitación.
Según la Secretaría de Ambiente, la puma está en “edad prejuvenil” y, tras recibir atención veterinaria, se evidenció que sufre de paraparesia, que es una debilidad espástica en las piernas, con atrofia muscular; además, presentaba una deshidratación del 8 % y un peso de 7,1 kilogramos.
Carolina Urrutia, secretaria de Ambiente de Bogotá.
PROCESO DE RECUPERACIÓN
Al llegar al centro de atención, la puma tuvo dificultades para consumir alimentos por sus propios medios, por lo que fue asistida durante una semana para que comiera.
Igualmente, se le hicieron más estudios médicos con el objetivo de descartar que tuviera endoparásitos, leucemia e inmunodeficiencia virales felina, aunque los exámenes radiológicos mostraron una posible enfermedad metabólica ósea.
En esa línea, el animal recibió un tratamiento de fisioterapia durante tres meses, lo que le ha permitido recuperar paulatinamente los movimientos para poder moverse por sí misma.
La buena recuperación ha facilitado que la puma realice actividades de acicalamiento y acecho, además de que pueda correr, trepar y cazar especies.
La idea de las autoridades bogotanas es que el animal sea trasladado ahora a un lugar en el que tenga unas condiciones naturales similares a las de su hábitat natural para continuar con la rehabilitación.
La funcionaria agregó que tienen esperanza de que este proceso “continúe y se pueda acercar lo más posible a la libertad”, algo que puede tardar dos años, pues es necesario que recupere su instinto salvaje para retornar a su hábitat natural.