El mundo no es el mismo desde que lo pintó Picasso. Dieciocho litografías de Pablo Picasso (1881-1973) se exhibirán este jueves en NH Galería en Cartagena. No solo fue uno de los principales artistas que revolucionó el arte del siglo XX, sino que además fue el creador, junto al pintor y escultor Georges Braque, del cubismo y de varios movimientos artísticos que incidieron en el destino del arte en el mundo. Lea aquí: Herederos de Picasso lanzan versiones NFT de obra inédita.
La exposición está integrada por litografías de obras realizadas desde 1907 a 1961, y luego fueron impresas entre 1972 y 1982. Es una edición póstuma organizada por María Picasso, su nieta.
“Las piezas litográficas de Pablo Picasso ilustran la evolución de su trabajo desde el cubismo y el expresionismo hasta sus últimos días. La colección ejemplifica distintos momentos superlativos de este indispensable artista del siglo XX”, señala Miguel González, curador del Museo Rayo.
Picasso vuelto a ver
Era como un toro de lidia a punto de embestir el aire con sus ojos que devoraban la luz y el espíritu de las cosas. Picasso era un animal de creación inagotable. Si se comía un pescado dejaba las vértebras limpias como si las hubiera pulido con sus dientes, y el esqueleto le servía para inventar de nuevo el universo. Picasso solo se parecía a sí mismo. Dejó su corazón latiendo en cada epopeya que brotaba de sus manos insomnes, y en sus lienzos se derramaban unicornios, toros, vírgenes y bestias, soldados destrozados bajo la nube ensangrentada de Guernica, niños devorando el último pan de la guerra, ángeles mutilados y musas descalzas que recorrían las arenas buscando el sosiego de los pájaros del apocalipsis.
Cuando se está ante una pintura de Picasso empieza de nuevo el mundo como si comenzara desde aquel amanecer del séptimo día de la creación. Se templan los lienzos vírgenes de la perplejidad del niño que ve por primera vez la luna y el otro mar sin orillas, y alcanzan las diez yemas encarnadas de Picasso retratándose a sí mismo como si viera la vida desde la luz enigmática de los diamantes rotos. Picasso dejó entre nosotros su heredad de luz en las pupilas de Obregón que desafió su sombra porque, en el fondo, se parecían tanto en la plenitud de la pasión de pintar, y eran dos animales creativos y amorosos. El cubismo se convirtió en una manera de ver el mundo y la vida y abrió bosques de sensitividad en pintores, poetas y músicos. Cartagena abrazará el fulgor de los espejos dispersos de Picasso, gracias a la vigilia de una nieta que ha deseado perpetuar al abuelo medio siglo después de muerto.
