Videos en los que el cantante mexicano Alejandro Fernández, hijo del fallecido Vicente Fernández, aparece tambaleándose y haciendo gestos extraños durante un concierto en León, municipio de Guanajuato (en México), han empezado a circular en redes sociales. Lea aquí: Alejandro Fernández llora junto a su madre en el velorio de su padre
En el primer clip se le ve cantando junto uno de sus músicos, cuando de repente intenta sentarse en uno de los cajones de sonido, pero no lo logra y se va al suelo.
De inmediato, el equipo logístico lo ayuda a levantarse y continúa el show en medio de los abucheos del publico.
En otro de los videos se enfoca el rostro de ‘El potrillo’ y se observa como su mandíbula se mueve de forma extraña. Cabe resaltar que este es uno de los efectos secundarios del consumo de drogas como el MDMA (éxtasis) y cocaína, por lo cual los internautas especulan que haya consumido alguna de estas sustancias psicoactivas.
@mariannecer #alejandrofernandez #palenque #borrachosmexico #losfernandeznavarro ♬ El Taquicardio - El Komander
Por supuesto, tanto críticas como mensajes de alentadores no se hicieron esperar por parte de los usuarios:
“Ojalá busque la ayuda necesaria para salir adelante”, “Que Dios lo ayude, es un gran cantante” y “Que vergüenza este hombre, está pasado en alcohol” y “Esto es una falta de respeto hacia el público que pagó para ver el concierto” fueron algunos de los miles de comentarios que acompañan los videos.
Esta resultó ser la primera presentación en lo que va del año del cantante mexicano, sin embargo no ha contestado a los comentarios ni críticas que le han llegado sobre su comportamiento en el show. Lea también: Vicente Fernández envió grave alerta a su familia a través de una vidente
Después del evento, el cantante sólo hizo una publicación a través de su Instagram compartiendo este mensaje: “La noche de anoche me trajo recuerdos para días”.
Continuó: “Una chamarra de mezclilla, proveniente de las maravillosas manos de una chica que amablemente se acercó al ruedo para obsequiármela desencadenó una serie de memorias de tiempos en los que el mundo brillaba un poco más y todo parecía más simple. El viejo nos enseñaba a crecer y nosotros aprendíamos cada lección... Y cuántas nos siguen llegando, aun después de su partida”.
