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“Nunca quise conocer a Gabo”: Ricardo Arjona

El cantante habló de su visita a Cartagena y Aracataca, Magdalena.

En junio de 2019, Ricardo Arjona se encontraba en Londres grabando un nuevo disco que se llamaría ‘Mujeres’, haciendo referencia a su reconocida canción del mismo nombre, pero ahora, serían diez canciones inéditas grabadas con diez mujeres.

Tras un día de grabación, fue a un bar por un trago y terminó debajo de una mesa protegiéndose de las botellas que volaban por una pelea entre fanáticos de equipos de fútbol. Al encontrar refugio en su hotel y de manera instintiva empezó a cantar los primeros versos que venían a su mente, que terminó siendo ‘Hongos’, una de las canciones que hacen parte de ‘Blanco’, el primero de dos álbumes que el cantautor lanza en estos tiempos de pandemia.

Una vez terminó de componer ‘Hongos’, se la envió al productor Dan Warner, quien fallecería meses después, quien al día siguiente le devolvería la canción incluyéndole guitarra, batería y otros instrumentos a través de una computadora, con un mensaje de voz donde le decía que la esencia de Ricardo Arjona estaba en esa canción y que tenía la obligación de hacer un disco a partir de ella.

“Abandoné el proyecto ‘Mujeres’ que ya lo veníamos desarrollando en un 50 por ciento, para empieza a trabajar en este proyecto ‘Blanco y Negro’, que lo teníamos claro así desde el principio pero no sabía en qué iba a parar. Pero no sabía que serían dos discos, uno ‘Blanco’ y el otro ‘Negro’, tampoco teníamos los estudios de Abbey Road, que es muy difícil de conseguir”, comentó Ricardo Arjona.

A la espera del estudio y dejando atrás un álbum grabado hasta la mitad, Arjona siguió componiendo en una habitación de un hotel de Londres, y casi, sin darse cuenta, llegó a tener 24 canciones escritas.

“La gente le ha dado mucho ruido porque grabamos en Abbey Road, por lo importante que es, porque allí grabaron The Beatles, pero la relevancia de estar allí, no era sólo por ser un templo de la música, era buscar los métodos que usaron, por mi afán de realizar un proyecto exactamente opuesto a lo que el mundo estaba aceptando como aceptable. De ahí nació la frase: ‘dígame lo que no hay que hacer, para no hacerlo’, porque muchos dictan fórmulas para poder ‘sonar’ dentro de la industria, pero yo me quería salir de allí”.

Y agregó: “Yo quería volver a tocar en vivo para hacer el álbum, como lo hacían décadas atrás. Todo con cinco músicos extraordinarios y afines al proyecto, con un primer día terrible, completamente asustados. Yo me conozco demasiado, tengo claro lo que muchos esperan de mí, pero tengo mucho más claro lo que yo espero de mí y sé que al final del camino, hacerme caso a mí es la respuesta correcta, incluso cuando me equivoco, porque es lo que me hace dormir tranquilo.

Como Gabriel García Márquez

Este fin de semana lanzó ‘Blanco’, la primera parte de este proyecto, que cuenta con 14 canciones, con la participación del cantautor español Pablo Alborán, ‘El amor que me tenía’, “un dúo poco planificado, como deberían de ser todos los duetos, porque hoy las colaboraciones se dan por intereses de otro tipo y no por el gusto de hacerlo”.

Una canción en la cual, muy al estilo de las letras de Ricardo Arjona en sus más de 30 años de carrera artística, hace referencia directa a Macondo y la familia los Buendía, de la obra del escritor colombiano Gabriel García Márquez.

“Mi historia con Gabriel García Márquez es muy simpática. Un día en Cartagena me tomé una avioneta para conocer Aracataca, la tierra del escritor, y todos mis amigos se preguntaban qué hacía yo allí, cuando en Ciudad de México, yo era vecino de él. Nunca quise conocer a García Márquez, quizás por la misma admiración que siento. Esta canción no hubiera existido sin haber navegado por la literatura de Gabo y si no hubiera hecho este viaje”.

El proyecto estaba completamente terminado el pasado mes de enero. Arjona deseaba hacer un lanzamiento ambicioso y distinto a lo que usualmente se realiza en estos tiempos, el cual incluía una presentación de un libro en varios formatos que incluyeran los dos discos, junto a textos inéditos del propio artista.

Eso no sería todo. También querían desarrollar una galería de arte itinerante que recorriera Latinoamérica y España, con una gira de conciertos acústicos muy íntimos para presentar este álbum, pero llegó el virus, paró todo y los obligó a improvisar a todos.

¿Cómo fue la experiencia de llevar a varios de sus fanáticos a Londres para que fueran los primeros en escuchar el disco?

-Los que tenían que impresionarse eran ellos, pero fui yo el sorprendido. Los invitamos a Londres a conocer los estudios y conocer el disco. Lo que no sabían es que en el estudio estaba yo. Fue muy bonito porque cada uno de ellos contaba con una historia extraordinaria.

¿Cómo ve hoy la industria de la música?

Hoy en día, frente a la industria musical, mi posición es de aburrimiento total y la trato de evitar de alguna manera. Es una industria con una urgencia financiera total con canciones que le dejan muy poco al azar, con una especie de método para cruzar las vías perfectas y poder llegar a lo que supuestamente es el éxito, y que son fórmulas que son las mismas para todos los géneros.

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