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El impacto de la cuarentena en la economía local

El turismo, principal actividad económica de Cartagena, sufrió una fuerte caída durante el aislamiento obligatorio. A unas pocas semanas de su reapertura el panorama mejora.

“Hemos aprendido bastante a lo largo de estos seis meses. Vimos cómo muchos colegas tuvieron que cerrar sus negocios y cómo se evaporaron proyectos de muchos años. Despidos, recorte de nóminas, ayudas gubernamentales que no fueron suficientes y bloqueos en los bancos. Pasamos de ser uno de los sectores más lucrativos a uno de los más rezagados”, afirma Mayra Alejandra Huyken Pacheco, administradora turística y hotelera y líder del núcleo empresarial de hoteles de la Cámara de Comercio.

El cierre total de fronteras, del transporte aéreo nacional e internacional, de restaurantes, bares, hoteles y playas resultó en la pérdida de miles de empleos en la industria del turismo. Para agosto, Cartagena registraba un índice de desempleo del 20,3 % (uno de los más altos del país) y más de 5.300 personas habían perdido sus trabajos. De acuerdo con Huyken, es probable que la cifra ya haya superado los 6.000.

“La Asociación Hotelera y Turística de Colombia (Cotelco) reportó a nivel nacional un desplome del 98 % solo luego de dos meses de cierre. Para julio, reportaba pérdidas de alrededor de $ 4.5 billones. Cartagena, junto con ciudades como Bogotá, lideraba la reducción de ingresos superior al billón de pesos”, explica Irvin Pérez, director ejecutivo de la Corporación Turismo Cartagena de Indias (Corpoturismo).

La región Caribe depende en buena parte de esta industria para sostenerse. Según Pérez, el sector en Cartagena tributa $ 50 mil millones anualmente, los cuales se reinvierten luego en diferentes programas sociales. Además, solo el turismo de la ciudad contribuía con el 4,4 % del Producto Interno Bruto (PIB) del departamento de Bolívar y era la principal fuente de empleo de la ciudad, con más de 15.000 puestos de trabajo.

Mayra Huyken recalca que “económicamente, el turismo es un sector muy importante y constituye toda una cadena. Necesita de aeropuertos, terminales de transporte, redes de comunicación, personal de nómina y de bolsas de empleos, personas que venden tours y souvenirs. Nunca se ha hecho un estudio completo de todos los empleos, tanto formales como informales, asociados al ciclo turístico”.

Depende de los cartageneros

A unas pocas semanas de la reactivación, ya comienzan a vislumbrarse nuevos bríos en el sector, los suficientes para ver el futuro con algo de optimismo. “Según datos reportados por el Sistema de Información Turística de Cartagena (Sitcar) y de acuerdo con las proyecciones de Cotelco Cartagena, basadas en la muestra de sus hoteles afiliados, un 48,38 % de los establecimientos encuestados se encuentran operando desde septiembre y esperan que aumente a un 80,64 % durante este mes”, comenta Irvin Pérez.

El director de Corpoturismo señala que “solo en los primeros 10 días de apertura de vuelos domésticos se reportaron alrededor de 132 operaciones aéreas, con más de 10.700 pasajeros movilizados procedentes de destinos como Cali, Bogotá, Medellín y Pereira”. También se han reactivado los vuelos internacionales, aunque no están haciendo viajes diarios.

Por último, Pérez informa que las cifras de Fenalco apuntan a que “las compras a domicilio disminuyeron el 39 % y que solo para la primera semana de septiembre 35 % de los empresarios encuestados reportó un incremento en las visitas y ventas de sus establecimientos. Los cartageneros jugarán un rol importante parte en esta primera fase, mientras regionales y domésticos empiezan a recobrar la confianza en viajar y consumir de la oferta local”.

Turismo sostenible
Una de las lecciones que la pandemia le deja al sector es el trabajo pendiente para regular el impacto de la industria turística en el medioambiente. Solo a raíz la cuarentena se pudieron implementar medidas básicas como el control del ingreso a las playas, cuyos resultados se observarán a largo plazo. Ni operadores ni consumidores pueden volver al turismo inconsciente de antes. Deben ser responsables de sus deberes como participantes de la actividad turística.

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