Todos los estudiantes, independientemente del nivel, se enfrentan a los mismos retos durante la pandemia: asegurar una buena conexión, reservar un espacio apto en el hogar para disponerse a aprender y hallar un modo de sobreponerse a la poca interacción social con los compañeros y docentes. Aquí en específico, nos referiremos a quienes se “lanzan” a cursar una especialización o continúan en ella pese a la pandemia. (Puede leer: Desafíos de la virtualidad en los posgrados).
Para Alix Ruiz Ariza, directora de posgrados de una institución universitaria cartagenera, lo más difícil es “el manejo de diferentes ambientes y roles que confluyen en un mismo espacio y que pueden favorecer o afectar los objetivos académicos. Estamos acostumbrados a manejar el tiempo en diferentes escenarios y es más difícil independizar el tiempo de trabajo, de estudio y de familia en el mismo sitio”.
William Arellano Cartagena, decano de otra institución de educación superior, opina que el mayor desafío es la ausencia de interacción social de los estudiantes con sus compañeros y docentes.
“A los estudiantes de posgrados que actualmente se están formando bajo modalidad remota y virtual, les hace falta la interacción y conversación dentro y fuera del aula con sus compañeros y con sus docentes. En esos espacios se construyen nuevas redes y tejido social esencial para definir nuevas relaciones de amistad, proyectos, empleos y nuevas iniciativas de trabajo”, afirmó. (Le puede enteresar: En medio de la pandemia por COVID-19, ¿es buena idea hacer un posgrado?).
La incertidumbre con respecto a la calidad de la educación virtual es otro de los retos que impone la pandemia, no obstante, son pocos los estudiantes que han manifestado abandonar su formación por el coronavirus.
“En los primeros meses, luego de iniciar el confinamiento por la pandemia de COVID-19, algunos estudiantes decidieron suspender sus estudios de posgrados para esperar que finalizará la cuarentena y retornar a lo presencial. Luego, al observar que el confinamiento se había extendido, decidieron retornar a sus estudios bajo modalidad remota en junio de 2020. Han sido muy pocos los estudiantes que han desertado por motivo de la emergencia”, aseguró Arellano.
La misma tendencia se evidencia en la universidad pública de la ciudad, pues desde que se inició la pandemia en marzo de 2020 solo se ha retirado el 3 % de los estudiantes que cursaban especializaciones, precisó Ruiz.
“Las estrategias implementadas como la financiación del 50 % de la matrícula con cero intereses, las estrategias pedagógicas en el proceso de enseñanza aprendizaje, las estrategias implementadas a nivel institucional para la transición de trabajo presencial a remoto, minimizaron el impacto en porcentaje de retirados”, destacó la magíster en administración.
Arellano reconoció que “en marzo de 2020, al iniciar el modelo de docencia remota, algunos estudiantes y docentes tuvieron dificultades para apropiarse con el manejo de la plataforma Teams y recibir la docencia remota en reemplazo de las clases presenciales. Hicimos esfuerzos para generar tutoriales y procesos de capacitación a estudiantes y docentes, que permitieran superar la dificultad presentadas en el manejo de la plataforma”.
“Pasado el tiempo, -agregó- las dificultades en el manejo de la plataforma fueron superadas. Aún persisten algunos problemas generados por las dificultades de conectividad que tienen algunos estudiantes, quienes viven en zonas rurales o en veredas con debilidad en la señal de internet. Para solucionar esos problemas, nos aseguramos de grabar todas las clases y que los estudiantes puedan escuchar de manera asincrónica los videos de las sesiones a las cuales no pueden asistir”.
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El decano de la universidad privada manifestó que en las especializaciones ofertadas no se han disminuido las matrículas de nuevos estudiantes. “Desde marzo de 2020 hasta la fecha, se han cumplido las metas previstas para apertura de nuevas cohortes. Incluso se han matriculado muchas personas interesadas en los programas que viven fuera de la ciudad de Cartagena, aprovechando la modalidad de docencia remota”.
Caso contrario sucedió en la universidad pública de la ciudad. Ruiz indicó que desde la mencionada fecha el número de estudiantes matriculados en especializaciones “disminuyó en un 25 %”. La razón principal fue la economía familiar afectada por el confinamiento”.
