La lucha contra el cambio climático ha estado en la agenda internacional desde finales del siglo pasado. En diciembre de este año se cumple el quinquenio del Acuerdo de París, que establece acciones para los Estados firmantes para mantener el aumento de la temperatura del planeta “muy por debajo de los 2 °C y proseguir con los esfuerzos para limitarlo a 1,5 °C”.
Mucho se ha escrito sobre qué tan comprometidos o no están los países con estas medidas, ¿pero qué hay del ciudadano promedio y el cambio climático? Según una encuesta reciente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que recogió datos de 50 países, la mayoría de la población mundial cree en este fenómeno, pero no lo considera apremiante ni está muy segura sobre las medidas que se deberían tomar.
Resultados
El 64 % de las 1,22 millones de personas encuestadas en el 2020 respondió “sí” a la pregunta “¿considera usted que el cambio climático es una emergencia global?”. Esa cifra es una mayoría, aunque no absoluta y queda matizada todavía más con la pregunta que le sigue: “Si respondió ‘sí’, ¿qué debería hacer el mundo al respecto?”.
De aquel 64 %, apenas un 59 % considera que el mundo debería “hacer todo lo posible, urgentemente”, seguido de un 20 % que prefiere “actuar lento, mientras aprendemos qué se puede hacer”, 10 % que considera que ya se está haciendo lo suficiente y un 11 % que opina que no se puede hacer nada. Es decir que, en pleno, solo un 37,8 % de los encuestados opina que el cambio climático es un asunto de verdad urgente.
Desacuerdos
La encuesta constaba de ocho preguntas, dos de carácter general sobre el cambio climático y seis acerca de los modos de hacer frente, resumidos en 18 políticas distintas extraídas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una serie de metas con fecha límite a 2030 en torno a la protección de los derechos humanos, la justicia social, el desarrollo económico sostenible y la conservación del medioambiente.
El cambio climático es uno de los temas contemplados en los ODS, específicamente en el Objetivo 13 y particularmente en lo que corresponde a las emisiones de efecto invernadero. Otros objetivos afines son el 2 (Hambre cero), 7 (Energía asequible y no contaminante), el 11 (Ciudades y comunidades sostenibles), el 12 (Producción y consumo responsables), 14 (Vida submarina) y 15 (Vida de ecosistemas terrestres). Le puede interesar: Así avanza Colombia en el cumplimiento de los ODS.
Ninguna de las políticas “populares” relacionadas con los ODS que se incluyeron en el cuestionario de la ONU alcanzó una mayoría significativa, lo que implica indiferencia, rechazo o desinformación frente a muchas de ellas.
Las populares
Las cuatro más populares son la conservación de los bosques y los suelos (54 %), la utilización de fuentes de energía renovables (53 %), la adopción de técnicas de producción agrícola amigables con el medio ambiente (52 %) y mayor inversión en trabajos y negocios verdes (50 %).
Por contraste, las cuatro políticas menos populares fueron el apoyo a las comunidades locales, pueblos indígenas y mujeres que fungen como auxiliares ambientales (38 %), la solicitud de mayor información en torno a cómo se hacen determinados productos (35 %), la promoción de seguros buenos y asequibles en caso de desastre (32 %) y la promoción de dietas basadas en plantas (30 %). En su conjunto, estas cifras apuntan a que, entre el público general, la discusión acerca del tema aún está en su infancia y no hay mucha seguridad las soluciones a implementar.
Otra de las conclusiones del análisis de resultados fue que la conciencia en torno al cambio climático está directamente relacionada con el nivel educativo y es más fuerte entre los jóvenes que entre los mayores de 60 (aunque la diferencia en este punto no es tan alta como se esperaría).
A pesar de la poca información y la aparente apatía del ciudadano promedio, también es necesario recordar que el Carbon Majors Report del 2017 concluyó que solo 100 empresas en el mundo son responsables del 70 % de las emisiones que contribuyen al cambio climático. Más allá de pedirle a las personas que disminuyan su huella de carbono o que reciclen, parece que el primer paso significativo sería dirigir esfuerzos para presionar a dichas empresas. Puede leer: Piden medidas para establecer la responsabilidad de la deuda de carbono.
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